Crítica 'A puerta fría'

Vendedores o vendidos

A puerta fría. Drama, España, 2012, 84 min. Dirección: Xavi Puebla. Guión: X. Puebla y Jesús Gil Vida. Fotografía: Mauro Herce. Intérpretes: Antonio Dechent, María Valverde, Nick Nolte, José Luis García Pérez, Héctor Colomé, José Ángel Egido.

El tercer largo de Xavi Puebla (Noche de fiesta, Bienvenido a Farewell-Gutmann) se alinea junto a otros títulos recientes del cine español que, como Smoking room, Casual day, El método o el documental de Mercedes Álvarez Mercado de futuros, ponen su foco en las dinámicas de la empresa moderna y sus estrategias de venta y presión sobre sus empleados, empujados a la competencia y la deshumanización para cumplir con sus objetivos.

Con Mamet y Miller como referencias inevitables y una estructura narrativa en unidad de tiempo y espacio de raíz teatral, A puerta fría confía su efectividad al texto, los diálogos y las prestaciones de sus intérpretes, que tienen que apechugar con una cuadrilla de vendedores de electrodomésticos desencantados y autoconscientes.

Allí, nuestro protagonista, un comercial veterano en horas bajas interpretado con solvencia por Antonio Dechent, se juega su continuidad en la empresa y su propia dignidad en cuestión de horas, el tiempo que necesita para convencer a un empresario norteamericano (Nick Nolte, casi de paso por la película y su personaje) de que le haga una compra sustanciosa.

Puebla enfría y ensombrece los tonos e interiores del hotel buscando una cierta estilización visual del entorno, mide bien los tiempos y huecos narrativos, pero no consigue empero que su texto, sus líneas de diálogo y sus réplicas brillen, suenen y ritmen como en el modelo de referencia. La cadencia de la película se desinfla así poco a poco hasta llegar ya agotada a ese clímax en el que se dirime el gran dilema moral, el obvio mensaje devastador sobre un tiempo de crisis, cinismo, rapiña y competencia feroz por la supervivencia y el reparto de las migajas. En ese esperado duelo final entre Dechent y Nolte con María Valverde (notable) de por medio no quedan ya más que ruinas: ruinas humanas de ficción y dos actores sin la fuerza ni el aliento necesarios para librar la última batalla con suficiente desgarro y verdad.

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