Cine

François Ozon aviva en la Berlinale el debate sobre la libertad de los creadores

  • El autor espera la decisión de un tribunal para ver si su filme sobre la pederastia se puede estrenar en Francia

François Ozon, en la Berlinale.

François Ozon, en la Berlinale. / Philip Singer (Efe)

El cineasta francés François Ozon, que presenta en esta edición de la Berlinale un filme sobre casos de pederastia en la Iglesia católica, considera que su película, que al principio no tenía una intención "política", es más bien un "acto ciudadano".

Tras la presentación ante la prensa en el festival berlinés, donde compite por el Oso de Oro, Ozon reconoció que no está seguro "al cien por cien" de que la película, Grâce à Dieu (Por la gracia de Dios), se pueda exhibir en Francia el día previsto para su estreno, el 20 de este mes.

"Nunca al cien por ciento. Tengo confianza en la Justicia francesa", confesó Ozon en una conversación con varios periodistas sobre su película, que relata casos de abusos sexuales contra menores por parte de un sacerdote que los admitió y que examina un tribunal de su país.

Ozon defiende que su obra no es una película “política” sino un “acto ciudadano”

"Pienso que sería una señal desastrosa para la Iglesia si se retrasara el estreno, si se censurara", completó preguntado por la repercusión que podría tener una prohibición de exhibición de la película si prospera una iniciativa conocida precisamente el día de su presentación en Berlín.

El abogado del sacerdote francés Bernard Preynat, cuyos abusos sexuales con menores son el núcleo de la historia que cuenta el film de Ozon (París, 1967), interpuso una demanda el viernes precisamente para impedir la circulación comercial de la cinta.

Aurélia Petit y Melvil Poupaud en una escena de 'Por la gracia de Dios'. Aurélia Petit y Melvil Poupaud en una escena de 'Por la gracia de Dios'.

Aurélia Petit y Melvil Poupaud en una escena de 'Por la gracia de Dios'.

El cineasta galo, ganador de la Concha de Oro de San Sebastián por En la casa (2012), afirmó que la idea de su nuevo proyecto "era contar historias íntimas, no hacer un filme político. Para mí el asunto verdadero de la película es la repercusión de la liberación de la palabra, de contar lo que ha pasado y se ha callado tanto tiempo, en el entorno de las familias", explicó. "Después, trabajando sobre el guión me di cuenta de que la historia podía alcanzar una dimensión más política. Pero no era la primera opción", continuó el director.

Y aseguró que ahora está "contento" del resultado, aunque confiesa que la polémica alrededor del filme "significa una presión. Hay muchas personas que no quieren que exista esta película, que se estrene, pero yo pienso que es importante".

Y respecto al estilo casi de documental que muestra en su nueva película, agrega que cree que todos sus filmes anteriores "son muy personales. En este, pues es una película sobre la palabra, y pongo en escena la palabra. Ahí yo lo que hago es escuchar. Creo que el filme corresponde a lo que escuché y por eso quizás mi trabajo está menos presente que en otros filmes".

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