Crítica 'Las mil y una noches, Vol. 3: El embelesado'

Bagdad, Lisboa, Pekín

las mil y una noches, vol 3: el embelesado. Drama-documental, 2015, Por-Fra-Ale-Sui, 125 min. Dirección: Miguel Gomes. Guión: Telmo Churro, Miguel Gomes, Mariana Ricardo. Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom. Intérpretes: Crista Alfayate, Luísa Cruz, Bernardo Alves, Chico Chapas, Jing Jing Guo, Quitério, Américo Silva, Louison Tresallet.

No vamos a negar que llegamos ya algo cansados a la tercera entrega de la trilogía, en la que Gomes sigue trenzando libremente su material fabulador con la mirada documental, el espíritu de los cuentos milenarios y el azote de la crisis entre la clase obrera portuguesa, con sus numerosos rótulos (hay que leer bastante en este Embelesado), sus canciones de Carpenters y Novos Baianos metidas a contrapelo y una generosa galería de personajes que conviven bajo la luz ibérica: de la Sherezade finalmente encarnada que narra historias al Rey en el Archipiélago de Bagdad, a cada uno de los criadores de pinzones del socializado barrio de Musgueira, en el cinturón de Lisboa, que se afanan cuidadosamente en su entrenamiento para ganar con ellos el concurso de canto.

Aunque entre ambos bloques se esconde, agazapada, la historia que tal vez más nos seduce y embelesa de toda la trilogía. La cuenta (la cautivadora voz de) una estudiante china, Lin Huan (bosque ardiente): el relato de una joven enamorada, embarazada y abandonada, empleada más tarde por una condesa hasta que ardió su palacio y tuvo que regresar a Pekín. Y mientras la cuenta, Gomes nos muestra, en un poderoso ejercicio de colisión poética, las manifestaciones de protesta y las cargas policiales frente a la sede del Gobierno.

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