Cultura

Un pianista que rompe fronteras

  • David Peña 'Dorantes' presenta en el Festival Cervantino de México su espectáculo 'Un Mediterráneo sin muros'. La Bienal acogerá también otro estreno absoluto del compositor.

Los músicos, los poetas, los artistas en general, no tienen la capacidad para encontrar soluciones pero sí poder de convocatoria y la responsabilidad de prestar su apoyo a todas esas causas humanitarias que tan a menudo pasamos por alto. Por eso el pianista David Peña Dorantes, conocido mundialmente por su disco Orobroy y por el carácter transfronterizo de su labor creativa, que se nutre tanto de la música clásica como del jazz y, por supuesto, del flamenco, llevará el próximo mes de octubre al Festival Internacional Cervantino, en la localidad mexicana de Guanajuato, su próximo espectáculo, Un Mediterráneo sin muros, en el que se reunirán músicos de los diferentes países cuyas costas son bañadas por ese "mar en medio de tierras". La única norma del montaje, dice, será la diversidad cultural, entendida en este caso como un amplio abanico de expresiones musicales.

Hace casi un año que la directora de programación del certamen americano, Marcela Díez, se reunió con el pianista y compositor de Lebrija y le propuso crear un nuevo espectáculo para el festival dentro del apartado Frontera(s), eje temático que está ideado para proponer una reflexión sobre las delimitaciones ideológicas, los límites territoriales y las fronteras entre géneros artísticos. "Siempre he tenido dos grandes retos en mi vida: uno era actuar en el Festival de Jazz de Montreal y el otro era participar en el Festival Cervantino de México", dice Dorantes. "En cuanto a la elección del tema, viendo el panorama actual, consideré oportuno llevar una propuesta que siguiera el camino de Sin muros [su último disco hasta la fecha], al que le quise añadir diferentes personalidades y estilos del Mediterráneo sobre el escenario", añade el músico, que se convertirá en el primer músico español al que el festival realiza un encargo de esa magnitud.

Para estar a la altura, asegura, esta figura de referencia del piano flamenco se ha rodeado de diversos cómplices de diferentes nacionalidades. Entre ellos, el violinista marroquí Faiçal Kourrich; el kuwaití Hany Elbrady, que tocará el nay; el cantante tunecino Abir Nasraoui; el acordeonista francés Lionel Suárez; el griego Yannis Papaioannou, que se encargará del bouzoki y el laúd; y, como incorporación de última hora, otro marroquí, Youssef Bou Oud, que aportará al espectáculo sus percusiones en sustitución del sirio Firas Hassan, exiliado de su país a causa de la guerra y asilado en estos momentos en Bélgica.

"Es curioso que uno de los músicos que iba a tocar con nosotros se haya caído finalmente por un tema como éste", lamenta Dorantes. "Precisamente lo que criticamos es que cuando cruzar mares y desiertos representa la única oportunidad para miles de seres humanos, aparezcan nuevas barreras que impiden vivir a personas en situaciones paupérrimas un poco mejor".

Además de este espectáculo en gran formato que se presentará al público de Guanajuato en primicia el 24 de octubre, y posteriormente en Ciudad de México (día 25) y Mérida (26), el pianista actuará antes con su trío habitual -que completan el contrabajista Francis Posé y el percusionista Javi Ruibal- el 23 de octubre, también en Guanajuato.

Con esta iniciativa, el intérprete sevillano sigue la línea solidaria que marcaron otros personajes ligados a la música, como el director de orquesta Daniel Barenboim con su Taller del Diván, que reúne a jóvenes músicos israelíes y palestinos; iniciativas que promueven la comprensión mutua y el diálogo entre culturas. "Es una de las pocas cosas que los músicos podemos hacer para ayudar. A pesar de estar muchas horas encerrado en un estudio, estoy atento a la actualidad y leo mucho sobre otros artistas y su filosofía, lo que me permite estar en continuo aprendizaje. El hecho de estar en la vida hace que utilice mi música para cosas como éstas", afirma.

Y es que, independientemente de encabezar propuestas de este calibre, el que es también sobrino de El Lebrijano se ha convertido en un músico de culto en medio mundo, compaginando su formación en los conservatorios de música con ese aire de improvisación que le permite haberse criado en una familia hondamente ligada al flamenco. Desde ese punto de partida, el pianista creó un camino y unos patrones musicales alejados del muro que dicta, supuestamente, la ortodoxia jonda. "Tengo tanta fuerza a la hora de crear que eso mismo me permite no tener que estar pendiente de los puristas. Tampoco siento que ellos me lo pongan difícil, la verdad. Como decía Enrique Morente, en la vida tenemos que ser elegantes para ser mejores artistas. Yo los admiro a ellos, y creo que ellos admiran mi trabajo", asegura.

Su música de raíz en proceso de renovación, reinvención y metamorfosis, para ser fiel al origen, le avala, en cualquier caso, como uno de los flamencos más que consolidados del panorama actual. Razón por la cual, un año más, participará en la ya inminente Bienal de Flamenco de Sevilla, que le ha otorgado en pasadas ediciones hasta tres de sus prestigiosos giraldillos. "La Bienal es un referente musical, es la catedral del flamenco", dice el pianista sobre la cita, y por ello asistir a ella, añade, "supone una alegría y una gran responsabilidad".

Será en el Teatro Lope de Vega, el 22 de septiembre, donde Dorantes ofrecerá otro estreno absoluto, titulado Flamenco a cordes y que interpretará junto a uno de los contrabajistas más asombrosos del mundo, Renaud García-Fons. Dorantes, que confiesa que lo admira "muchísimo", asegura que no han tenido ningún problema para montar conjuntamente las piezas a pesar de la distancia. "Los temas que tocaré con él son todos nuevos. Se incluirán en un disco que estamos preparando y que comenzaremos a grabar en mi estudio en octubre. El formato en sí, dúo de piano y contrabajo, resulta diferente y original en el flamenco. En este espectáculo la sorpresa en sí será la música, lo que pueda surgir sobre el escenario y cómo lo tenemos montado", promete Dorantes.

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