Bienal de Flamenco

Una historia personal del baile andaluz

  • El Ballet Flamenco de Andalucía celebra esta noche sus 20 años con un recorrido por su historia a cargo de Rafaela Carrasco.

Cómo resumir 20 años de historia, miles de funciones, las aportaciones de Mario Maya, María Pagés, José Antonio, Cristina Hoyos y Rubén Olmo, los anteriores directores de la compañía. Cómo compendiar las coreografías que para ésta idearon Fernando Romero, Eva Yerbabuena, Manolo Marín, Antonio Gades, Rafael Campallo, Isabel Bayón, Javier Barón, Manolo Marín, Javier Latorre, Alejandro Granados... Rafaela Carrasco tuvo "dudas". Qué hacer. "Porque este tipo de creaciones tienen un contexto, y el contexto es importante, y por eso cuando las recreas desde la distancia corres el riesgo de que se quede todo en un quiero y no puedo", dice la actual directora del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA), un proyecto público -gestionado por la Consejería de Cultura- que en sus dos décadas de existencia, las que hoy se celebran a partir de las 20:00 en el Teatro de la Maestranza, ha sido una inagotable cantera de talentos del baile y un buque insignia del flamenco en decenas y decenas de escenarios internacionales.

"Era realmente difícil ponerlo en marcha. Son 20 años... Así que me decanté por la opción de plantear este espectáculo desde un prisma personal. No es ni una recopilación ni una reposición de piezas", explica Rafaela Carrasco sobre Imágenes. 20 años de Ballet Flamenco de Andalucía, una "creación personal", insiste, pero realizada a partir de una serie de estampas emblemáticas seleccionadas de entre todas las obras puestas en pie por la compañía, que celebra su aniversario en la Bienal. El trabajo ha resultado arduo, reconoce la bailaora y coreógrafa sevillana, que ya tuvo protagonismo en la pasada edición de la cita, cuya gala de clausura, dedicada a recorrer y honrar el legado de la escuela del baile sevillano, fue dirigida por ella. "Ha sido muy apretado todo, lo hemos montado entre Sevilla y Granada, trabajando diariamente, yo sola por la mañana y por la tarde con los bailarines y solistas hasta las nueve... y a las diez a hacer el espectáculo", cuenta Carrasco sobre el proceso de creación de estas Imágenes, que coincidieron con las representaciones en los Jardines del Generalife de En la memoria del cante: 1922.

Carrasco conoce bien la historia del BFA, no sólo porque fuera, en su momento, la discípula predilecta de Mario Maya (el maestro del Sacromonte, primer director de la por entonces llamada Compañía Andaluza de Danza, orgulloso de ella, no perdía ocasión de proclamarlo a los cuatro vientos). La sevillana ha conocido la compañía desde todos los ángulos: además de alumna, ha sido repetidora, solista y ahora -desde septiembre del pasado año- coreógrafa y máxima responsable artística. A partir de esa experiencia, con el imaginario de la compañía bien expandido en su memoria, seleccionó cinco imágenes, sendos momentos que se le han quedado "en la retina", cada uno de ellos obra de los respectivos directores que la precedieron. Y a partir de ahí comenzó ya el proceso de creación propiamente dicho, que fue personal pero también "de equipo en todos los sentidos, tanto técnico como coreográfico".

Imágenes, por tanto, es un conjunto de cinco coreografías, cada una de unos 15 minutos de duración y funcionando como unidades en sí mismas, con sus "distintos momentos", aunque a la postre todo el espectáculo tendrá el sello de Carrasco, pues todo estará pasado por su propio filtro. "La pieza inspirada en Mario será la más personal, seguro", dice la directora del BFA, que de su "maestro absoluto" ha escogido una imagen muy característica, la de él sentado (y bailando) en una banqueta, en este caso en su primera obra para la compañía, De lo flamenco (1994). De Pagés, será la escena del paso a dos de El perro andaluz (1997); de José Antonio, la pieza de batas de cola de La leyenda (2002); de Hoyos, la escena de las maletas de su Viaje al sur (2005); y de Olmo, de nuevo las batas de cola y los mantones y la atmósfera taurina en Metáfora (2012).

"Habrá gran variedad de palos, aunque el espectáculo no tendrá una estructura flamenca al uso, sino que estará basado en composiciones musicales... En este sentido, es una obra más moderna que En la memoria del cante: 1922", dice Carrasco, ahora el frente del legado de un proyecto que es, a la vez, memoria viva y futuro del baile andaluz.

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