Pedro el Granaíno | Crítica

Clásicos y modernos

El Granaíno ayer sobre las tablas del Lope de Vega.

El Granaíno ayer sobre las tablas del Lope de Vega. / José Ángel García

El Granaíno es un hombre sin prejuicios que homenajea lo mismo a payos que a gitanos, que tiene como referentes a flamencos de la baja y de la alta Andalucía. Este cantaor es un milagro porque, con un hilillo de voz, eso sí, un hilillo que es de oro puro, obra maravillas. Como en su momento hizo el propio Fosforito, uno de los homenajeados de la noche.

Cantó muy concentrado, muy serio El Granaíno. Y dando el corazón, como siempre. Sin duda el mejor recital de cante de lo que llevamos de festival. Afinando el repertorio de tres intérpretes que han influido enormemente en el flamenco de la segunda mitad del siglo XX y de lo que llevamos de XXI. El Granaíno cantó dos veces por seguiriyas, y las dos maravillosamente. Dos veces por soleá, probando las diferencias y conexiones que hay entre los cantes apolaos de Morente y los de Fosforito. Escuchando su versión de la seguiriya de Morente, esa que el cantaor presentó en Flamenco, la película de Saura, pero que ya estaba en germen en su disco Se hace camino al andar se me ocurrió pensar lo vanas que son las etiquetas en esto del arte. Porque Patrocinio hijo le hizo aquí un acompañamiento clásico, muy alejado del de Cañizares en la mencionada película. Y la seguiriya de Morente, siendo un cante de finales del siglo XX, tenía ecos decimonónicos. En realidad, Fosforito provocó un cambio más extenso en el cante del siglo XX. Cambió la manera de hacer todo el cante pero, especialmente, en las alegrías, como bien mostró El Granaíno, los tarantos, los abandolaos y las peteneras, por mencionar solo cantes que interpretó ayer el de Granada. Pero lo hizo, como Mairena, bajo la apariencia de clasicismo y eso hizo que sus novedades no encontraran rechazo. En todos estos cantes estuvo magnífico el cantaor de Granada, llevándoselos a su terreno. Fue un recital muy serio, como digo, con cerca de dos horas de las que, en la mayor parte del tiempo, tuvo como único acompañante a Patrocionio hijo, salvo el final morentiano-festivo. Lo que hizo ayer El Granaíno está al alcance de pocos. El Granaíno homenajea en este espectáculo a tres de sus maestros, asumiendo el repertorio de los mismos, pero llevándoselo a su terreno, sonando personal, como no podría ser menos tratándose de este intérprete. Fantástica la taranta manueltorreña en la versión del Chocolate. Fantástica la malagueña del Mellizo y la del Canario. El cantaor de Granada es capaz de matices impresionantes con un hilo de voz. Saca el máximo partido de sus recursos aunque su virtud cantaora principal es su bellísimo timbre.

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