Bienal de Flamenco

Cuestión de confianza

El sentido del cambio. Guitarra: Dani de Morón. Compás y palmas: Los Mellis, Carlos Grilo y El Bo. Artista invitado: Arcángel. Lugar: Teatro Central. Fecha: Martes 16 de septiembre. Aforo: Casi lleno.

Motivos para creer, confiar, tener esperanzas. Pensar que las cosas pueden cambiar y que hay quienes están dispuestos a sacrificarse por mejorar lo que nos han dejado. Esto es lo que necesita la gente. Lo que Dani de Morón consiguió en el Central.

El guitarrista ya demostró en la Bienal 2012 con el Giraldillo al Toque que su universo musical y su capacidad compositiva apuntaban maneras de grande. Luego, defendió en su Cambio de sentido que es necesario perderse para buscar otras salidas. Y ahora, en su estreno en solitario en la cita, ha encontrado las respuestas a todos los porqués en El sentido del cambio.

Dani de Morón ha mantenido intacta la ingenuidad, las ganas de luchar y el arrojo que dan los comienzos. Pero además ha sumado la seguridad, la serenidad y la conciencia del que está madurando. Es decir, ha ganado en virtuosismo, en creatividad, en la sonoridad que le saca al instrumento y, sobre todo, en carisma. Y lo ha hecho además devolviendo la ilusión a los aficionados de siempre y despertando el interés en quienes se mantenían alejados.

Daniel López Vicente sufre por defender sus ideales pero sabe que es la única forma de sentirse libre, de disfrutar del éxito. Por eso, logra que el público se lo pase bomba porque los mueve del asiento y los invoca. Consigue que entiendan su lenguaje y sientan que podemos.

Por bulerías, acompañado del "arte, que no compás" de Los Mellis, Carlos Grilo y El Bo, experimentó remates imposibles y propuso frenéticos compases. En los tangos se acordó del sabor más añejo de Graná. Se peleó por las seguiriyas que le cantó Arcángel. Y el resto del tiempo jugó con las melodías y sacó toda la creatividad que cabe en una mano izquierda. Enérgico. Cargado de intenciones y mensajes pero también reflexivo y sensible, como demostró en la rondeña o en la espectacular farruca con la que dejó mudo al respetable. Si esta Bienal es el homenaje a la fuente y al caudal que dejó Paco de Lucía, este Dani de Morón se antoja como corriente depuradora. Habrá que ver dónde nos lleva pero, de momento, le votamos.

Imágenes cedidas por el ICAS. Ayuntamiento de Sevilla.

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