Pilar González. Candidata a la presidencia de la Junta por el Partido Andalucista

"El PA ha vuelto a sus orígenes. Ha vuelto a empezar de nuevo"

  • Ha puesto la cara a la renovación del andalucismo y aspira a recuperar la presencia que la formación tenía en el Parlamento andaluz. "Nos merecemos esa oportunidad", dice

Dice que la cercanía con los ciudadanos es la única forma de entender la política en el siglo XXI. Ha recorrido miles de kilómetros por toda Andalucía llevando el mensaje de un nuevo Partido Andalucista que -insiste- ha vuelto a empezar. Es la única mujer que figura entre los candidatos a la presidencia de la Junta y lidera la lista por Cádiz.

-El PA, que aspira a recuperar su presencia en el Parlamento andaluz, se juega mucho el domingo.

-Soy consciente de lo mucho que el PA se  juega en estas elecciones, pero no quiero que la presión, que es mucha en este sentido, me impida trabajar para recuperar ese escaño y ser útil a los andaluces, para contribuir desde el andalucismo a mejorar las cosas. No quiero que la presión me impida hacer esas cosas.

-El andalucismo, como opción política, ha conocido tiempos mejores. ¿Ha cambiado el partido con el propósito de recuperar la confianza del electorado?

-Por supuesto. El PA ha cambiado radicalmente. Hemos hecho una renovación del discurso, hemos reposicionado al andalucismo en el espacio político en el que nació durante la Transición, en el centro-izquierda, en la izquierda de vanguardia. Y cuando hablo de izquierda me refiero a valores, a un compromisos ético, a esfuerzo y sacrificio, al interés general, al bien común... a cosas que suenan antiguas pero que son conceptos que en el sistema político vinieron de la mano de la izquierda. Somos una izquierda del siglo XXI, un andalucismo reubicado en su espacio original, en el espacio en el que nació. Siempre digo que, en este momento, volver al origen no es retroceder, es volver a empezar. Hemos vuelto a empezar de nuevo y creo que merecemos una oportunidad. Todo este debate se dio en el congreso que hicimos en mayo de 2009 en Bormujos. De ahí salió la hoja de ruta que nos ha traído hasta aquí sin perder votos con respecto a las anteriores elecciones. Por eso creo que en estas andaluzas vamos a recuperar la presencia en el Parlamento.

-Las encuestas, sin embargo, no son tan optimistas.

-Las encuestas, todas en general, tienen una intencionalidad de inducir el voto. En el caso del CIS se permite incluso la ligereza de sacar conclusiones sobre nosotros sin preguntar siquiera sobre nosotros. En un cuestionario de preguntas inducidas, donde a un entrevistado se le preguntan que se posicione sobre tres opciones políticas, luego se concluye sobre cuatro o cinco. No me creo nada. En un momento de las municipales definí al CIS como el Centro de Intoxicaciones Sociológicas. Nosotros no hemos hecho encuestas porque hemos decidido no dedicar recursos, que tenemos muy pocos, a ello. Pero todos los días tenemos un test diario. Y digo todos los días desde hace muchos meses. Y no percibo indiferencia ni rechazo hacia el PA.  Percibo aliento, ánimo... La gente dice, ¡qué falta hace en estos momentos un Partido Andalucista fuerte!

-Habla del grado de simpatía, de la valoración de los ciudadanos.

-En las encuestas se visualiza en que siempre soy la segunda líder más valorada. Lo que le pido a los andaluces es que de esa simpatía, de la emoción, pasen a la acción política. No se puede ser una segunda opción política, el 25-M solo se puede coger una papeleta. Solo hay una opción. Y creo que en el PA hemos hecho los deberes. Después de esa renovación, de la unidad del andalucismo, creo que hemos podido corregir errores históricos, creo que ahora el liderazgo se ejerce de otra manera, se ejerce en equipo, con mucho debate con mucho diálogo. Nos merecemos esa oportunidad.

-Si hablamos de los favoritos, ¿Qué cree que sería mejor, que ganara el PP o el PSOE?

-Ninguna de las dos. Ambas opciones serían malas para Andalucía. Sería elegir entre recortes o corrupción. Es como tirar una moneda al aire y que caiga por cualquiera de las dos caras, porque ninguna de las dos es buena. Creo que hay más opciones. A mí ne gustaría que nadie tuviera mayoría absoluta y que pudiéramos puntualmente tomar decisiones en común y puntualmente discrepar. Así es como se hace política. Las comunidades más ricas, donde hay menos paro, tienen hasta siete fuerzas políticas en su parlamento. Hablo del País Vasco, con el 12 por ciento de paro. O Cataluña, con el 16 por ciento. En Andalucía hay un 32. Y en ambos parlamentos hay seis o siete fuerzas representadas.  Eso obliga a acuerdos, a consensos, eso es hacer política.

-Ha mencionado antes el tema de la corrupción, que es una de las claves de la campaña.

-La corrupción abre una brecha tan grande entre los ciudadanos y sus representantes que pone en peligro la democracia. Por eso, la combato frontalmente. En el discurso, afirmando, aunque esté manido, lo de tolerancia cero contra la corrupción. En Sevilla, el único caso de condena en el Tribunal Supremo por unas facturas falsas que apenas eran de 6.000 euros fue el Partido Andalucista el que lo denunció. También en el mensaje llevamos una propuesta de modificar la legislación para que aquellas personas condenadas por corrupción de su patrimonio personal devuelvan el dinero público que haya desaparecido. Hay que ser escrupulosos. En el discurso, el mensaje y también en la actitud. En las listas del PA no hay una sola persona imputada por corrupción.

-Casi todo su discurso de campaña ha estado centrado en una prioridad: el empleo. Ha puesto la cara del andalucismo a la crisis con propuestas como el plan PEPA.

-Recuerdo que en septiembre de 2007 le pregunté a Manuel Chaves por la crisis en el Parlamento y me dijo que era un disparate, que crecíamos al 3 por ciento, que íbamos al pleno empleo. Ahí está el diario de sesiones. La crisis estaba ya entonces y luego se ha demostrado que era infinitamente peor de lo que se esperaba. De ese diagnóstico que teníamos entonces nace la necesidad de trazar una hoja de ruta. Y la reforma que necesita Andalucía no es la reforma laboral que plantea el PP.  No es un problema de legislación laboral, es un problema de modelo productivo, de modelo económico. Hay que cambiar de modelo y hay que apostar por las fortalezas que tiene Andalucía. En principio, por las energías renovables. Andalucía puede situarse en vanguardia. Tenemos los recursos naturales, la tecnología... tenemos licenciados en universidades andaluzas, técnicos e ingenieros que van a acabar emigrando a Alemania. Si el Gobierno recorta los incentivos y las ayudas a las energías renovables, la Autonomía sirve para incentivar aquí empresas de energías renovables. No es un discurso político, es algo eminentemente práctico. Para cambiar este modelo, para salir de la crisis, la herramienta es la Autonomía.

Hablo también de agroindustria, de aprovechar la riqueza de la producción agraria de Andalucía apoyando a cooperativas y empresas que apuesten por manufacturar los productos del campo. Y de la pesca, a la que hay que dar un planteamiento diferente del que ha dado la Unión Europea con el silencio cómplice del Gobierno de España y la cobardía del Gobierno de Andalucía. Andalucía necesita una política exterior propia de buena vecindad con Marruecos, sin ir en contra de la política exterior española. El problema de la crisis no es el déficit, el problema es el paro. Y por eso hemos trabajado básicamente pensando en soluciones para combatir el desempleo. De ahí sale  PEPA, el Plan de Empleo Para Andalucía, que me alegra porque se ha hecho célebre. Es el tronco central. Luego hay muchas más iniciativas como el plan 50 por 50, para facilitar la inserción laboral de mayores de 50 años, el crédito a interés cero para empresarios que generen empleo...

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