Hasta última hora del jueves debatían los técnicos en vacunas y de Salud Pública, y seguirán este viernes, cómo resolver el entuerto del cerca de medio millón de andaluces a los que se les administró la primera dosis de Astrazeneca antes de la alarma de los trombos. Ya hay ciudadanos que cumplen el periodo de tres meses para inocularse la segunda dosis y todavía no saben, a la espera de la decisión final, a qué atenerse para completar la pauta recomendada en la ficha técnica del fármaco anglosueco. El prospecto deja claro que son 12 semanas, recomendación que hace suya la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Distinto será qué decisión toman finalmente los expertos de las consejerías y el Ministerio de Sanidad que hoy darán su veredicto. Según distintas fuentes, el falló será concluir la pauta de inmunización con la segunda dosis de Astrazeneca.

Astrazeneca se estrenó en Andalucía con unas 30.000 vacunas a comienzos de febrero. Nada era sabido entonces de los raros sucesos de trombos que fueron apareciendo después, que ha detectado una incidencia aproximada de uno de cada millón, redondeando. En un primer momento, las dosis del fármaco anglosueco estuvieron indicadas para las personas con menos de 55 años dedicadas a profesiones consideradas esenciales: policías, militares, docentes y etcétera. Una vez llegados esos fenómenos tromboembólicos, el Consejo Interterritorial -donde están representadas las autoridades sanitarias autonómicas y del Ministerio- adoptó la determinación de dirigir estas vacunas para la población entre 60 y 65 años y frenarla a la población esencial hasta nueva indicación. En esas estamos aún.

Hoy será diferente, a tenor de lo avanzado el miércoles por la Consejería de Salud y el Ministerio de Sanidad. Los vacunólogos y los especialistas de Salud Pública expondrán el modo de acometer el proceso vacunal con esos profesionales esenciales con menos de 60 años a quienes se les administró la primera dosis de Astrazeneca y cuyo calendario inmunitario empieza a llamar a una solución. Son varias las opciones. Las comunidades autónomas, Andalucía incluida, se decantan por poner la segunda dosis del mismo fármaco, tal como prescribe el prospecto del fármaco, basado en los ensayos clínicos previos. El Ministerio de Sanidad, sin embargo, no las tiene todas consigo.

A falta de una evidencia, el Gobierno central ha financiado un ensayo clínico con objeto de resolver el dilema, examinando la posibilidad de completar la pauta con las vacunas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna). La idea era tener los resultados a finales de mayo. Sin embargo, fuentes de la industria farmacéutica informan a este periódico de que no será hasta septiembre cuando haya resultados concluyentes. Hay otro estudio internacional de los que podrán obtenerse resultados en junio. Ninguna de las fechas citadas entran a tiempo para resolver la doble dosis que proporciona la inmunización adecuada.

Andalucía recibirá en los próximos días la mayor remesa del inyectable anglosueco de las últimas semanas. Además de vacunar a la población de entre 66 y 69 años y comenzar a inmunizar al grupo entre 51 y 59, después del colectivo sexagenario, los técnicos sanitarios autonómicos no encuentran mayor problema para dar por terminada la pauta de los profesionales esenciales, teniendo en cuenta la remota posibilidad de hallar efectos adversos entre quienes no lo han sufrido con la primera dosis.

Fuentes cercanas a la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad aseguran a este periódico que habrá una modificación definitiva sobre qué hacer con el personal esencial. Que sea una segundo dosis de Astrazeneca, con la lógica del prospecto, gana enteros.