Brote de listeriosis

“Los sevillanos ya vuelven a pedir carne mechada”

Una joven hace deporte cerca de una pareja sentada en una terraza de la capital hispalense.

Una joven hace deporte cerca de una pareja sentada en una terraza de la capital hispalense. / Juan Carlos Vázquez

Sevilla se puede considerar el epicentro del terremoto sanitario que el brote de listeriosis provocado por los productos en mal estado de la empresa local Magrudis ha extendido por toda España. En plena zona cero, la carne mechada desapareció durante semanas de las apetencias gastronómicas de sevillanos y visitantes.

No fue poca cosa porque es uno de los platos más típicos de todo el espectro de establecimientos de la hostelería sevillana. Desde los desayunos del bar más clásico hasta los entrantes de los gastrobares más innovadores contaban con la carne mechada entre sus imprescindibles.

Como explica el presidente de los hosteleros de Sevilla, Antonio Luque, los bares y restaurantes han seguido ofreciendo este producto, ajenos a la crisis y seguros de la garantías sanitarias de su carne mechada y similares.

Los dueños y camareros han realizado una función pedagógica sobre el tema incluso más diáfana que las autoridades. Han insistido en la seguridad sanitaria del producto que ofrecían y repetido sin descanso que el brote de listeriosis es un caso puntual de una empresa concreta.

En cuarentena

Aún así, la clientela no terminaba de fiarse. La carne mechada ha estado en cuarentena al menos todo agosto. Una situación que ya está cambiando. "La gente, sobre todo los turistas, ya está volviendo a pedir carne mechada en el centro de Sevilla con normalidad", explica Luque.

Una situación que parece que tardará un poco más en normalizarse en otras zonas."En los barrios, sobre todo por la desconfianza de la gente mayor, parece que todavía hay que seguir trabajando para dejar claro que la carne mechada es totalmente segura. Una situación, que por lo que me ha llegado, es similar a la de muchas localidades de la provincia", indica el presidente de los hosteleros sevillanos.

"El consumo en el centro está recuperado, pero no tanto en los barrios y entre los mayores”

Luque asegura que tras ponerse en contacto con cadenas de restauración como el Grupo San Eloy la sensación es que el miedo a la carne procesada en general está remitiendo rápidamente. Un gran alivio para la hostelería de la ciudad, que ha visto como lo peor de la crisis sanitaria se ha registrado en pleno mes de agosto, cuando el negocio baja bastante en general por el calor e, incluso, muchos establecimientos echan la baraja.

"Que todo lo que ha pasado haya sido en agosto ha hecho que se note menos. Aunque hay que tener en cuenta que ha sido un mes bueno, en el que el turismo ha crecido respecto a otros años", dice el líder de los hosteleros de la ciudad hispalense.

Culpables

Ahora que las aguas comienzan a calmarse, Luque tiene claro qué ha sucedido y quién es el culpable principal de una crisis que ha afectado negativamente a los negocios del colectivo que representa. "Todo ha sido por una empresa que no ha hecho los deberes. No sé cómo el dueño puede dormir por las noches por cómo hacía las cosas. Ahora está en manos del Ayuntamiento y de la Junta investigar hasta el final lo ocurrido, señalar los responsables y hacer todo lo posible para que algo así no se repita", sentencia.

Como hostelero, Luque sabe bien lo difícil que es ganarse la confianza de un cliente, y lo fácilmente que se pierde. "Este señor ha puesto en peligro a muchas empresas que trabajan perfectamente y cumplen con todas las normas. Ha puesto en riesgo muchos puestos de trabajo y todavía falta por conocer todas las consecuencias del asunto", advierte.

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