Caso de los ERE

La Policía retira la escolta a la juez Mercedes Alaya cinco años después

  • La magistrada de la Audiencia seguía disponiendo de escolta y coche oficial a pesar de que desde 2015 estaba apartada de la instrucción de las macrocausas

  • El mantenimiento de la medida había generado ciertas críticas entre los jueces de Sevilla por el tiempo transcurrido y porque no se actuó de la misma manera cuando la juez María Núñez Bolaños, que la sustituyó en el juzgado, fue objeto de amenazas de muerte anónimas

Mercedes Alaya sale de los juzgados vigilada por uno de los escoltas.

Mercedes Alaya sale de los juzgados vigilada por uno de los escoltas. / Antonio Pizarro

La Policía Nacional ha retirado a la juez Mercedes Alaya, que en su día instruyó las macrocausas como las de los ERE, el servicio de escolta que se le había colocado en 2013 después de que fuera increpada e insultada por medio centenar de sindicalistas su llegada a los juzgados.

Mercedes Alaya disponía de un servicio de escolta desde hace más de cinco años, en concreto, desde el 16 de octubre de 2013, cuando se le asignaron dos agentes de paisano y un vehículo oficial, si bien con el paso de los meses la escolta se redujo a un solo funcionario.

El pasado viernes, la Policía le comunicó a la juez que se levantaba el servicio de escolta, decisión que se hizo efectiva en el día de hoy, cuando la magistrada, actualmente destinada en la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla y que está apartada de las macrocausas desde el año 2015, ya no acudió a los juzgados con el acompañamiento policial ni en el vehículo oficial.

La medida fue solicitada por el decano de los jueces, Francisco José Guerrero, tras los incidentes provocados por medio centenar de sindicalistas que increparon e insultaron a la magistrada a su llegada a los juzgados.

El juez decano confirmó en su día que fue él mismo quien solicitó a la Policía esta medida, al considerarla “adecuada y correcta”, aunque quiso desvincularla de los incidentes producidos en octubre de 2013 a las puertas de los juzgados, ya que, según precisó, la misma también venía motivada por la expectación mediática generada en torno a las macrocausas que en aquel momento instruía Mercedes Alaya.

El decano insistió en que esta medida es “correcta y adecuada” porque, continuó, “no se puede hacer recaer en un funcionario público que asuma su seguridad en una causa tan mediática”.

El mantenimiento de la escolta a Alaya durante más de cinco años había levantado ya ciertas críticas entre los jueces de Sevilla, sobre todo teniendo en cuenta que la medida se había mantenido a pesar de que Alaya llevaba retirada desde hace varios años de la instrucción de las macrocausas y que a la juez María Núñez Bolaños, que la sustituyó al frente del juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla en la instrucción de estos macroprocesos no se le colocó ninguna escolta cuando fue objeto de amenazas de muerte mediante una carta anónima enviada al juzgado.

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