Andalucía

Entre la indignación y la solidaridad

  • El caso de la granadina Sonia Jiménez, que ha heredado las deudas del asesino de su madre, Encarnación Rubio, abre un debate sobre la necesidad de establecer medidas para evitar situaciones tan macabras

Entre la indignación y la solidaridad. Ésta fue la reacción con la que muchos se enfrentaron ayer a la noticia de que la hija de Encarnación Rubio, Sonia Jiménez Rubio, se vio obligada a afrontar las deudas que su progenitor, el asesino de su madre, dejó tras morir durante el verano de 2006 por una infección en el centro penitenciario de Albolote (Granada). La hipoteca de su vivienda, la indemnización al hombre que resultó herido al intentar ayudar a su madre y las letras atrasadas del vehículo con el que Encarnación fue atropellada hasta la muerte recayeron en Sonia, que se vio obligada a pagarlas para evitar que le embargaran su casa.

"Es humanamente muy injusto. jurídicamente es legítimo, y cuando hay deudas nadie entiende de barcos, pero es terrible", explica la coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Granada, Carmen Solera.

Y es que la ley no recoge ningún tipo de mecanismo para estos casos. El médico forense y director general del servicio de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, Miguel Lorente, indica que "no hay medidas automáticas" para una situación como la que está viviendo Sonia Jiménez Rubio. "Sólo las hay en el caso de las pensiones de viudedad. La única medida que se contempla es que los agresores no puedan cobrarla", explica.

Pero el hecho de que la legislación actual no prevea posibles soluciones para los casos en los que los hijos de una mujer asesinada por su cónyuge hereden sus deudas no quiere decir que no deba hacerlo. Según Lorente, "en estos casos los vínculos familiares tienen que ser revisados. El mero hecho de que haya un asesinato o un homicidio debería bastar para replantearlos, porque el lazo afectivo debe considerarse por encima del biológico".

La coordinadora provincial del IAM asegura que "habría que buscar los cauces legales para solucionar una situación tan rocambolesca como esta". Pero, como explicó a Granada Hoy la propia Sonia Jiménez Rubio, el crimen interrumpió los trámites del divorcio de sus padres por lo que legalmente las deudas de su padre, Francisco Jiménez Uceda, recayeron sobre ella.

Las administraciones, en estos casos, parecen tener las manos atadas. Carmen Solera indica que el Instituto Andaluz de la Mujer no tiene "medidas específicas" para este problema. Y la delegada provincial de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social de la Junta de Andalucía en Granada, Elvira Ramón, reconoció que su departamento tampoco prevé ningún mecanismo capaz de solucionarlo.

La coordinadora provincial del IAM indica que una opción es "apelar a las entidades" con las que el padre de Sonia Jiménez contrajo las deudas que ahora tiene que abonar e "intentar humanizar un poco la situación". Pero claro, "eso está en la voluntad de las partes", añade Solera, que reitera la necesidad de buscar los resquicios legales oportunos para hacer más llevadero el difícil momento por el que pasa Sonia.

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