Andalucía

Los países iberoamericanos defienden una salida de la crisis que combine austeridad y crecimiento

  • Los ministros de Exteriores de América Latina, España, Andorra y Portugal han mantenido un encuentro previo al inicio de la Cumbre para ultimar la Declaración de Cádiz.

Los 22 países iberoamericanos reunidos en Cádiz con motivo de la XXII Cumbre Iberoamericana han alcanzado hoy un "consenso" sobre cuál debe ser la receta de salida de la crisis económica que golpea con especial virulencia a la 'eurozona' y que, en su opinión, debe pasar por una "austeridad necesaria" que por sí sola "no es suficiente", sino que debe combinarse con políticas de estímulo del "crecimiento".

Este consenso se ha alcanzado en la reunión que los ministros de Exteriores de América Latina, España, Andorra y Portugal han celebrado en Cádiz de forma previa al arranque oficial esta tarde de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. 

Los jefes de la diplomacia iberoamericanos han ultimado en su encuentro la Declaración de Cádiz que adoptarán los jefes de Estado y de Gobierno -previsiblemente sin apenas cambios a lo pactado por los ministros-- al término de la cumbre. Aunque la declaración no es jurídicamente vinculante, supone la manifestación de su voluntad política de actuar en el sentido que indique el texto.

La Declaración de Cádiz estará "centrada fundamentalmente en el análisis de la crisis porque es precisamente la crisis la que más afecta al empleo, al bienestar de los ciudadanos y al mantenimiento mismo del Estado de bienestar", ha avanzado García-Margallo en una rueda de prensa al término de la reunión con sus colegas iberoamericanos.

Al analizar con detalle las causas de la crisis que golpea especialmente a dos miembros de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, España y Portugal, los ministros han coincidido en que América Latina representa una "oportunidad muy importante" para la salida de la crisis por parte de estas dos naciones, ha revelado el representante española.

En este sentido, los ministros han hablado de la conveniencia de "facilitar, a través de un marco regulatorio, fiscal, de relaciones laborales y de justicia más rápido la actuación de las empresas españolas y portuguesas en Latinoamérica".

También han intercambiado impresiones sobre la necesidad que tiene América Latina de desarrollar sus infraestructuras, un ámbito en que las empresas españolas son líderes mundiales, de manera que se encuentran bien posicionadas para conseguir contratos en la región.

Los ministros también han perfilado otro documento que los jefes de Estado y de Gobierno están llamados a rubricar al término de la cumbre, la Carta iberoamericana de las pymes, que pretende servir como primer paso para facilitar la instalación de pymes en otros países de la Comunidad Iberoamericana. 

García-Margallo ha explicado que se trata de que las pymes iberoamericanas que quieran iniciar una nueva aventura en cualquier otro país de la Comunidad cuenten en primer lugar con una ventana de información que les pueda servir de orientación, y en segundo lugar que puedan encontrar el compañero iberoamericano adecuado para iniciar su proyecto.

El ministro ha saludado el acuerdo alcanzado en octubre pasado en Brasilia por más de medio centenar de organizaciones empresariales y colegios de abogados para constituir un Centro de Arbitraje Iberoamericano para utilizar la mediación como medio de solución de conflictos para evitar que los diferendos "se eternicen en los juzgados".

Al margen de los temas económicos, los ministros iberoamericanos de Exteriores han mostrado su apoyo a la candidatura de España a ingresar como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en el bienio 2015-2016.

También han abordado, según García-Margallo, la posibilidad de estudiar la creación de un Comisionado de la cultura iberoamericana.

En un almuerzo posterior, los ministros de Exteriores iban a hablar de la actualidad internacional, con una particular atención a la escalada de violencia entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, la guerra en Siria, el programa nuclear iraní y la inestable situación en el Sahel.

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