La Fiscalía justificó ayer su decisión de retirar la acusación contra las once personas juzgadas por el desplome de un viaducto en construcción de la A-7, que causó la muerte a seis trabajadores, en que no ha quedado acreditado con certeza lo ocurrido y todo se basa en hipótesis. El fiscal considera que ha quedado acreditado que se hizo "todo lo posible" para el buen desarrollo de la obra y que las causas del desplome fueron "inevitables".
La Fiscalía basó su acusación inicial en una supuesta falta de revisiones y mantenimiento de la obra y la estructura metálica que se desplomó, pero las pruebas practicadas en el juicio han demostrado por el contrario que se realizaron revisiones "con exceso de celo" y más de las exigidas. También acreditado que la caída de la cimbra -estructura metálica que se desplomó- no era un riesgo previsible, en opinión del fiscal, para quien tampoco ha podido demostrarse que el accidente se debiera a la rotura o aflojamiento de alguno de los tornillos, que eran además de "calidad superior" a la exigida por la normativa.
Respecto a la posibilidad de que el accidente se hubiera debido a una deficiente soldadura de las piezas -otra de las hipótesis barajada-, el fiscal sostiene que la única forma de demostrarlo es por el método destructivo, y ha considerado que aun en el supuesto de que la soldadura estuviese mal, la estructura habría aguantado "el doble" del peso que tenía que soportar.
El juicio concluyó ayer y quedó visto para sentencia.
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