Desescalada en la crisis del coronavirus en Cádiz

Sin ‘corpus’ de playa

  • Cádiz recibe a los primeros visitantes sevillanos con un viento fresco que deja las playas más vacías de lo previsto en un jueves festivo en la capital andaluza

Marta y Fernando, vecinos de Sevilla, ayer en la playa de la Victoria con uno de sus dos hijos.

Marta y Fernando, vecinos de Sevilla, ayer en la playa de la Victoria con uno de sus dos hijos. / Jesús Marín

Ha habido sol, mezclado a ratos con nubes, como mandan los cánones de los tres relucientes jueves que parecen obligados a brillar más que el sol. Pero hoy ha sido un día de Corpus atípico en el que el poderío del astro rey se vio en parte eclipsado por el fuerte viento, a ratos del norte, a ratos de poniente, a menudo combinado, con el que amaneció Cádiz este jueves. Un viento muy fresco que no invitaba a estar en la playa, salvo a los valientes de siempre, y que sirvió para recibir a los primeros sevillanos que aprovecharon la movilidad entre provincias, y el no peaje de la autopista, para llegar a Cádiz dejando atrás el largo confinamiento.

Pero la playa Victoria estaba ahí, con su ancha bajamar de dos arenas, y bajar un rato, aunque fuera en ropa de calle, parecía una tarea obligada. Sobre todo si de la familia tira un pequeño ávido de aire libre y con ganas de correr... y mojarse. Fue el caso de Ángela y Juan, vecinos de Sevilla capital que en uno de los módulos de la playa se afanaban en dejar sin restos de arena los pies de su hijo. A falta de lavapiés y duchas, clausurados como medida de seguridad, una botellita de agua y una toalla sirvió para completar la tarea y volver a la acera.

Esta familia llegó hoy a Cádiz con la intención de pasar el día. Sin planes de playa específicos, conocedores de que el tiempo no invitaría a ello, solo cedieron ante la insistencia de su hijo que corriendo llegó a la orilla y se mojó los pantalones: “Creo que vamos a tener que comprarle otro”, decía con resignación su padre.

Habituales de Cádiz durante algunos veranos, con fonda en la residencia de Cortadura por la condición de militar de Juan, la pareja quiso aprovechar el festivo jueves en Sevilla para escaparse a la capital gaditana y respirar un aire distinto al que les ha obligado el estado de alarma y el confinamiento: “Ya teníamos ganas”.Aún no tienen decidido qué harán en verano, y están a la espera de que la oferta hotelera se abra completamente para elegir destino y ruta, si es que cae finalmente alguno, para el extraño verano que llegará en apenas diez días.

Distinta situación viven Fernando y Marta, otra pareja con residencia en Sevilla, aunque ella es gaditana de nacimiento, que hoy por la mañana desafiaba al fresco pisando la arena, también con ropa de calle, para que sus dos pequeños disfrutaran un rato de la arena y de la sensación de libertad que da, sobre todo cuando no hay mucho público como ayer, la playa de la capital gaditana.

Esta familia está en Cádiz desde el pasado lunes. Aprovecharon las posibilidades del teletrabajo para salir de la provincia sevillana por primera vez en meses y ver a la familia gaditana de Marta, los abuelos de los pequeños, en cuya casa se alojan desde su llegada y donde seguirán hasta el fin de semana. El miércoles sí disfrutaron a tope de la playa y el baño, en una jornada también tranquila.

En los pocos hoteles abiertos en Cádiz no había mucha presencia sevillana. Alguna familia en el Hotel Regio y ninguna en el Spa Plaza. Pero han llegado. Quizás en menor número del esperado en un jueves festivo en la capital andaluza, pero lo suficiente para que el restaurante La Marea ocupara en la noche del miércoles sus 13 mesas sin tener reservas y que ayer al mediodía, la terraza volviera a estar completa con algunas de las reservas hechas desde un 954.

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