Coronavirus Andalucía

Los sanitarios exigen más seguridad ante la vuelta a la normalidad asistencial

  • El Sindicato Médico Andaluz pide control de la inmunidad y material de protección adecuado

  • Los profesionales andaluces positivos representan el 21,4% del total de los contagiados 

Un grupo de sanitarios conversa en el exterior de un hospital.

Un grupo de sanitarios conversa en el exterior de un hospital. / Juan Carlos Muñoz

El progresivo regreso a la normalidad asistencial en los centros sanitarios andaluces ha puesto en guardia al personal, que exige a las administraciones un umbral mínimo de seguridad que evite el rebrote de contagios entre los profesionales y los pacientes.

El recelo de los profesionales no sólo se debe a los ocasionales episodios de equipos de protección individual (EPI) defectuosos, que también, sino a la constatación de que son ellos, los miembros de las plantillas sanitarias, quienes concentran el mayor número de contagios. Y lo que venga puede ser aún peor.

En Andalucía, según los datos actualizados aportados ayer por el portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, los sanitarios contagiados por coronavirus equivalen al 21,4% de los 11.921 positivos totales. Este dato confirma a la comunidad andaluza como una de las más afectadas, ya que, en España, los sanitarios infectados constituyen un 16% del total, citó ayer Efe.

Hay quienes lo admiten con la boca chica y hay quienes lo expresan a voces. El temor ante la vuelta a la normalidad asistencial existe entre los médicos, enfermeros, auxiliares y el resto del personal. Por ellos y sus familiares, naturalmente, pero, sobre todo, porque la profesión se convierta en el foco del rebrote.El regreso a la normalidad en la sanidad está proyectado para dos semanas, si se atiende al anuncio que hizo el domingo el presidente andaluz, Juanma Moreno.

Críticas al plan del SAS

Y, mientras las unidades hospitalarias continúan planificando las estructuras y los recursos humanos disponibles, los representantes de los trabajadores advierten de las condiciones de la próxima cotidianidad. El objetivo es no descuidar el detalle. La recaída supondría un duro golpe para todos, no sólo para los sanitarios.

De entrada, el Sindicato Médico Andaluz (SMA) mostró su rechazo al plan del SAS. El principal argumento es que no están cuantificados "los recursos ni los cronogramas exactos" para la vuelta paulatina a una atención sanitaria normalizada. El SMA cree necesario además implantar "un plan exhaustivo para el diagnóstico del estado de inmunidad de los profesionales antes de incluirlos en un plan que suponga mayor contacto entre ellos y los pacientes", así como que, "lejos de anuncios mediáticos", los profesionales "necesitan comprobar que las compras de material de protección se han hecho efectivas y que se dispone de material suficiente" y la elaboración de "circuitos adecuados antes del inicio de esta vuelta a la normalidad".

Son cuestiones en las que coincide tanto el personal como sus más inmediatos superiores. Es el caso del jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Macarena de Sevilla, Jesús Rodríguez Baño, quien se lamenta de la escasez de EPI en todo el mundo –"aunque en unos sitios más que en otros"– y de la necesidad de usarlos "juiciosamente".

Extremar la precaución entre el personal

Cree el especialista que hay una práctica entre sanitarios que puede estar contribuyendo a las altas tasas de contagios: "Tenemos que ser muy estrictos en no bajar la guardia cuando no estamos con un paciente y salir de las zonas sucias con todo el equipo retirado correctamente y las manos limpias", evitando así, añade, "contaminar las zonas comunes". Y otra cosa más, la distancia de seguridad. "Veo con frecuencia imágenes de sanitarios con equipos completos fuera de la zona de pacientes y sin guardar la distancia de seguridad", algo que dice preocuparle.

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