La formación

Sin cimientos no hay futuro

  • Perder un empleo puede ser una buena ocasión para mejorar o replantearse la formación adquirida; desde el ámbito público se oferta un amplio abanico con la ventaja de la gratuidad.

Perder un trabajo es un drama, pero también puede ser una oportunidad. El parado dispone del tiempo que antes no tenía para reinventarse, para fortalecer esa base profesional que se le requerirá en el futuro, o, quien sabe, en el presente más inmediato. El instrumento más útil para lograrlo es la formación, y desde el ámbito público se oferta un amplio abanico que se inscribe en las llamadas políticas activas de empleo.

El primer paso es obvio y, al mismo tiempo, imprescindible: inscribirse como parado en cualquiera de las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo. Si no se hace así, no es posible acceder a la red formativa, que es gratuita y en la mayoría de los casos con prácticas o contrato de formación incorporado. En el momento de la inscripción, el parado es entrevistado, y a partir de ahí se valora su nivel formativo, su grado de empleabilidad y sus intereses. Esa información pasa directamente, a través de un servicio telemático a la red Andalucía Orienta. El parado, a renglón seguido, acude a cualquiera de las 31 oficinas de esta red y un orientador, a partir de la información  que dispone, elabora un itinerario personalizado de inserción. En este recorrido puede haber formación, o no. A lo mejor se le requiere que potencie sus habilidades para realizar una entrevista, que insista en los tests psicotécnicos o que mejore la redacción de su currículum. O se le incluye en una bolsa de demandantes de prácticas dentro del programa que gestiona el SAE. Si finalmente se concluye que lo mejor es la formación, el orientador elabora un informe de prioridades, a partir de los intereses y las necesidades del demandante. Éste tiene la obligación de acudir periódicamente a la oficina de orientación para que ésta verifique si sigue ese itinerario. Para que el programa tenga éxito, se afirma desde el SAE, es imprescindible el compromiso del parado. Es decir, que esté dispuesto a ceder en parte su autonomía o libertad para elegir y siga las indicaciones del orientador. En el caso de que reciba la ayuda de 400 euros, ésta está vinculada a que el parado siga el itinerario. Si no lo hace, la perderá. Y hay también colectivos con más dificultades de inserción a los que se le hace un seguimiento más intenso (Programa de Acompañamiento). Éstos reciben asistencia personalizada, por ejemplo, en un proceso de selección de personal. El Programa de Experiencias Profesionales sigue la misma línea, pero van un paso más allá en la intensidad del seguimiento y el ratio es aún menor: también se dirige a personas con problemas para encontrar un trabajo. La Junta también trabaja en planes específicos para menores de 30 años (Plan Motiva) y mayores de 45 (45 Plus).

¿Qué oferta tengo a mi disposición?

Antes que nada, lo más aconsejable para estar informado es crear una alerta en la oficina virtual del Servicio Andaluz de Empleo. Así llegarán al e-mail del interesado las convocatorias en marcha y las que están pendientes, y podrá recibir ofertas no sólo de formación, sino de trabajo.

Cursos de formación para el empleo

La programación de los cursos de formación ocupacional para el empleo se resuelve anualmente, y está dirigida, fundamentalmente, a cubrir las necesidades de cualificación profesional del interesado. Existe un catálogo, renovado en 2008, que especifica cuáles son las certificaciones profesionales en según qué sectores. Los cursos son múltiples y muy variados, y su duración está fijada por la normativa: pueden ir de sólo 20 horas a 900. No se rigen por el calendario escolar y no hay vacaciones: el momento de inicio puede ser cualquier mes del año. Los centros en los que se imparten han de estar debidamente acreditados por la autoridad laboral y cada año deben presentar un proyecto con los cursos que van a impartir, las instalaciones, el número de alumnos, el perfil del profesorado, etcétera. Entre las entidades colaboradoras, las más conocidas son la CEA y los sindicatos UGT y CCOO, que reciben una gran parte de los fondos para impartir estos cursos, pero se calcula que hay unas 2.000 entidades impartidoras, entre empresas, organismos locales, asociaciones, cámaras de comercio, etc. ¿Puede el parado solicitar cursos ahora? Es posible encontrarlos, pero no hay muchos. La razón es que se está terminando de ejecutar ahora la convocatoria de 2010, y, aunque aún hay convocatorias en curso, son las menos. La de 2011 (que es la que se debe ejecutar en los próximos meses) está lista. Todas las entidades han entregado la programación y ésta está aprobada. ¿El problema? Que la Junta de Andalucía tiene que abonar, por ley, el 75% del presupuesto  de cada uno de los cursos y esto aún no se ha hecho. En algún caso es posible que la entidad corra con sus propios gastos, o que pida un préstamo bancario, pero tal y como está la situación económica pocas se atreven a publicar la convocatoria sin recibir el dinero de la Administración autonómica.

Talleres de oficios y escuelas de empleo

Los talleres de oficios combinan la formación con un contrato de trabajo. Están dirigido específicamente a mujeres y menores de 30 años y se desarrollan en colaboración con asociaciones empresariales, artesanales, cámaras de comercio y las propias empresas. Durante un año, el participante realiza prácticas en una empresa relacionada con un oficio tradicional y tiene derecho a percibir 1,5 veces el Salario Mínimo Interprofesional. Las escuelas de empleo se dirigen a menores de 30 años, y el mecanismo de funcionamiento es el mismo que el de los talleres de oficios. Pero, en este caso, se exige que los beneficiarios hayan completado cursos de Formación Profesional Ocupacional, reglada o tengan en su poder alguna titulación o licenciatura relacionada con el sector en el que vayan a trabajar, y que no hayan transcurrido más de dos años desde que se completó la formación. Tanto en los talleres de oficios como en las escuelas de empleo el compromiso de permanencia en el puesto es de al menos un 50% de los participantes, que son contratados por las empresas que se vinculan a estos proyectos y que reciben incentivos por participar en ellos.

Escuelas taller, casas de oficio y talleres de empleo

Los dos primeros tienen como objetivo los jóvenes entre 16 y 25 años, con dos fases: una formativa en la que se cobra una beca, con carácter general, de un máximo de seis euros al día, y otra en la que el parado es contratado por una entidad sin ánimo de lucro, que puede ser desde un Ayuntamiento a una fundación, y el contenido puede ser un oficio tradicional (casas de oficios) o la recuperación del patrimonio artístico y natural, reparación de infraestructuras o tareas relacionadas con el medio ambiente (escuelas taller). Aquí no hay compromiso de inserción y el salario es el 75% del salario mínimo. Los talleres de empleo alternan formación y contrato de trabajo y se imparten para mayores de 25 años. Los beneficiarios reciben 1,5 veces el salario mínimo.

Consorcios escuela

En Andalucía hay 14, con personalidad jurídica propia y participados por la Consejería de Empleo y las entidades locales. Están altamente especializados en un sector y adaptados a las necesidades de la comarca o provincia donde tienen su sede. Cinco de estos centros son de referencia nacional, una especie de mención con la que se designa a una escuela de cada grupo profesional, por ser pionera, por sus contenidos didácticos o por destacar en investigación. Son, en la región, el Consorcio Joyería de Córdoba; Consorcio Escuela de Ciomijas (Málaga), en el área de Alojamiento, Restauración y Juegos de Azar; Consorcio Escuela de la Madera Cemer de Córdoba; Consorcio Escuela del Mármol en Fines (Almería) y el Consorcio Escuela de Albayzín (Granada) en el área de Artesanía Tradicional y de Reparación y Mantenimiento Artístico. Según los datos del SAE, el grado de inserción laboral en la promoción 2009-2010 en nueve de los 14 consorcios osciló entre un 79% y un 93% del alumnado, en actividades vinculadas al turismo, la hostelería, la joyería, la madera y las tecnologías de la información. De estas escuelas han salido, por ejemplo, cocineros renombrados como Dani García, José Carlos García y Celia Jiménez, los tres galardonados con una estrella Michelín. Algunos centros también imparten titulaciones en Formación Profesional reglada, lo que permite conectar los dos modelos de formación. Y es que las certificaciones profesionales pueden servir para convalidar materias o asignaturas de la FP. El plazo para presentar la solicitud transcurre entre junio y septiembre. Si la demanda es más alta que la oferta, se inicia un proceso de selección que incluye entrevistas personales.

Aeronáutica y dependencia, los sectores más demandados

El desempleado tiene la oportunidad, con los cursos de formación para el empleo, de formarse en cualquiera de las cientos de cualificaciones recogidas en la normativa y agrupadas a su vez en 28 familias profesionales. Ello le permite al interesado lograr un mayor grado de especialización, reciclarse o, sencillamente, obtener un título (certificación profesional) que acredita su experiencia y que le sirve, por ejemplo, para trabajar en cualquier país europeo. Las tareas relacionadas con la dependencia son de las más demandadas, ya que en muchos casos los trabajos que se desarrollan en este sector se basan en la experiencia, sin acompañamiento de ningún título. Pero en algunos casos, como el de la ayuda a domicilio, se exigirá uno a partir de 2015, y la formación para el empleo es el camino para conseguirlo. Otros cursos tienen una gran demanda porque el grado de inserción laboral es altísimo. Es el caso de la aeronáutica. Gracias a un convenio de Airbus con el Servicio Andaluz de Empleo, sindicatos y patronal gestionan la formación en este ámbito según las necesidades de la matriz y las empresas auxiliares. En UGT-Andalucía llegan a recibir por alguno de ellos, en concreto el de montador de estructuras, hasta 1.000 solicitudes para 15 plazas.  En realidad, la demanda de cualquier curso es alta: en CCOO-A calculan que son entre 300 y 400 de media. Y el grado de inserción ha bajado, al menos en lo que se refiere a las centrales sindicales: si antes de la crisis el 60% encontraba trabajo relacionado con la formación que había recibido, ahora el porcentaje baja aproximadamente al 30%.

La CEA, una referencia en los cursos de gestión empresarial

Los cursos que imparte la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) son de los más demandados en Andalucía, sobre todo entre los jóvenes menores de 30 años y con titulación universitaria y de Formación Profesional. De hecho, es a este nicho a donde se dirigen las acciones formativas de la CEA, que en cada ejercicio forma a unos 3.000 alumnos. Primero hay un proceso de selección en el que hay entrevistas grupales e individuales, y en el que cobra gran importancia la disponibilidad del alumno. La CEA intenta que los grupos que configura sean lo más homogéneos posible, con 15 personas como máximo con intereses y formación parecidos. Los cursos suelen estar centrados en la actividad empresarial, y no se circunscriben a un sector concreto. Pueden aplicarse a cualquiera: gestión empresarial y financiera, administración, recursos humanos, comercio, etc. Todos tienen un módulo de inglés, y todos incluyen prácticas, con un tutor en el destino asignado y un tutor de la propia CEA. La norma es asignar a sólo un alumno a cada empresa, lo que origina que, a veces, no sea posible distribuir a todos los participantes por el tejido empresarial. En el caso de que no tengan empresa asignada., el alumno debe presentar un proyecto empresarial. La CEA está ahora a la espera de que la Junta de Andalucía ejecute el presupuesto de políticas activas de 2011 para anunciar su nueva convocatoria.

Ayudas para la formación

Los desempleados, en determinados supuestos, tienen derecho a recibir ayudas por la formación. Así, si viven a 10 o más kilómetros del centro, reciben 1,5 euros por día si el trayecto es en transporte público; si se desplazan más de 20 kilómetros oscila entre tres y doce euros, dependiendo de la distancia. También hay subvención si el desplazamiento es con vehículo propio: 0,19 euros por kilómetro. Si el participante tiene que permanecer en el lugar donde se desarrolla el curso porque éste es también por la tarde, recibe nueve euros por día para el almuerzo, y si hay también alojamiento son 50 euros, y 100 en caso de que desarrolle su acción formativa o práctica en el extranjero, para lo que también se abona el importe del viaje. Por cuidado de hijos menores de seis años o dependientes percibe el 75% del Indicativo Público de Rentas Múltiples (IPREM). Y, con carácter general, las personas con discapacidad se benefician con hasta siete euros por día.

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