Andalucía

Save the Children alerta de las diferencias de acceso a la educación infantil de 0 a 3 años

  • La organización señala las desigualdades entre provincias y la necesidad de ampliar la bonificación total a familias vulnerables

Dos niñas juegan en el patio de una guardería.

Dos niñas juegan en el patio de una guardería. / José Ángel García

Andalucía es la cuarta comunidad autónoma con más niños de hasta tres años escolarizados. En el curso 2016-2017 la cifra estaba en el 40,9% y sólo era mayor en Galicia, Madrid y el País Vasco. Este dato es un buen punto de partida para el análisis que Save the Children ha elaborado para radiografiar la situación del primer ciclo de Infantil en España y que señala las carencias de este sistema en Andalucía, donde la cobertura es desigual entre las provincias e incluso dentro de las ciudades, ya que ha sido un sistema "mal planificado y  expandido a golpe de demanda frecuentemente mal prevista".

Las diferencias, con datos del curso 2018-2019 de la propia Consejería de Educación, son llamativas, con menos de un tercio de los niños de hasta 3 años de Cádiz matriculados (29.77%) y más de la mitad en Huelva (55,59%). También es un rasgo de esta etapa educativa el alto porcentaje de centros privados que hay, muy superior al resto de etapas en la comunidad. Casi dos tercios de las guarderías (64,5%) son privados, aunque tienen un convenio con la Junta, que establece el precio por plaza y regula el sistema de bonificaciones a las familias.

Lo llamativo, según el informe, es que la mayor parte de centros privados conveniados con la Junta se acumula en las zonas de las ciudades con rentas altas, algo que se nota especialmente en Sevilla, Málaga y Córdoba. Esta realidad genera un desfase entre oferta y demanda y demuestra, indica el documento, que "el modelo de oferta privada basado en una lógica de mercado no resulta suficiente para responder a la demanda ni a las necesidades sociales".

Con datos del curso 2019-2020, en Andalucía hubo 44.500 vacantes en el primer ciclo de Infantil, aunque la cifra es mayor si se tiene en cuenta que no hay datos de Almería ni de Sevilla. Al mismo tiempo, 3.510 niños se quedaron en la lista de espera para acceder a una de estas plazas. La combinación de estos datos, para Save the Children, es una muestra de la "ineficiencia" del modelo, ya que si el centro de Infantil no facilita la conciliación familiar por encontrarse lejos del domicilio o del trabajo.

A estas carencias hay que sumar que el sistema de bonificaciones, si bien está muy extendido, no llega a todos los que pueden necesitarlo. En Andalucía las familias sufragan, de media, el 28% del coste, cuando en el resto de España ese porcentaje sube al 29%. La gratuidad llega al 19% de las familias con niños de hasta tres años, por lo que están aquí incluidos todos los que viven bajo el umbral de la pobreza relativa (17,4% según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida que el INE publicó en 2018). En el curso 2019-2020 sólo el 8,5% de los niños matriculados en las guarderías andaluzas no recibieron nigún tipo de ayuda. 

Pese a ello, indica el informe de Save the Children, sigue habiendo familias con situaciones económicas precarias que tienen que hacer frente a parte del pago y esto les supone un problema en su cuenta de gastos mensuales. "Me he encontrado mucha gente que le han bonificado un 80%, es decir, que tienen que pagar sólo 75,77€, pues no pueden pagarlo", cuenta un responsable de un centro de una barriada vulnerable de Sevilla cuyo testimonio ha servido para elaborar el informe, al igual que ha ocurrido con padres y con técnicos de la Consejería de Educación de la Junta. 

"Hay que mejorar la calidad de la educación infantil de primer ciclo en Andalucía para que tenga los efectos compensadores que queremos que tenga. Para que esta etapa educativa compense desigualdades sociales, mejore el desarrollo y reduzca el riesgo de fracaso y abandono, tiene que ser de calidad", apunta Javier Cabrera, director en funciones de Save the Children Andalucía. La organización, además incide en que esta etapa educativa "se traduce en mejores trayectorias escolares posteriores, ya que reduce el riesgo de abandono escolar prematuro, algo especialmente relevante para Andalucía, con la tasa de abandono escolar prematuro más alta de España (21,8% en 2020)".

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