Málaga

Hallan con puñaladas el cadáver de un hombre cuyo coche fue calcinado

  • El cuerpo estaba en el río semihundido 

  • Investigan si la muerte tiene relación con una posible deuda

El vehículo que apareció calcinado.

El vehículo que apareció calcinado.

La Policía Nacional tiene abierta una investigación para esclarecer la muerte de un hombre cuyo cadáver apareció ayer con varias heridas por arma blancas y semihundido en un río de la zona de Las Castañetas, en la barriada de Campanillas. Aunque se está a la espera de los resultados que arroje la autopsia que, previsiblemente, los forenses le practicarán hoy, todo apunta a que el cuerpo corresponde al vecino de Cártama que permanecía desaparecido la semana pasada. Su vehículo había aparecido calcinado esa misma noche.

El cadáver de Francisco Javier López Padilla, de 33 años, fue hallado por miembros de uno de los grupos que participaba en el dispositivo de búsqueda, entre ellos un bombero. Fuentes cercanas al caso indicaron que se encontraba semihundido en el margen del río y frente a la zona en la que el jueves por la noche se había localizado su vehículo quemado. Había numerosos restos de sangre.

Los investigadores descartaron prácticamente desde el principio que la desaparición de Francisco Javier hubiera sido voluntaria y trabajaban con distintas líneas de investigación. Las fuentes consultadas señalaron que Francisco podría haber sido visto junto a otro individuo, que salió corriendo, extremo que no ha sido confirmado por la Policía, que trata de conocer si fue abordado por un grupo de personas que aguardaba su llegada en un carril de la zona. Una de las hipótesis que se contempla es si su muerte tiene relación con la deuda que había contraído un familiar suyo.

La última llamada del fallecido que la familia recibió quedó registrada a las 23:45 del jueves. Y en ella explicaba que había salido del Hospital Guadalhorce, al que acudió por una inflamación. Según explicó, había quedado con una persona para hacer un cobro y, una vez que terminara, regresaría a su casa. Pero nunca lo hizo. Cuando los familiares intentaron contactar con él, solo unos minutos después, el hombre ya no respondía al teléfono y, algo más tarde, una locución indicaba que se encontraba apagado o fuera de cobertura.

Hacia la 1:15, unos familiares localizaron el coche de Francisco, que estaba ardiendo, después de recibir el aviso de una persona conocida. A su llegada, reconocieron la matrícula. En el vehículo se encontraba su teléfono móvil, ya calcinado. Un equipo de la Policía Científica se personó en el lugar para tomar posibles huellas. La autopsia tendrá que contribuir ahora a determinar ahora si Francisco, que deja una mujer y un menor de unos 2 años, falleció la noche en que se denunció su desaparición o si la muerte violense produjo posteriormente.

Tras denunciar que estaba en paradero desconocido, la familia pidió colaboración para localizarle y que si alguien tenía alguna pista se pusiera en contacto con las autoridades. El subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, informó entonces de que ni en el vehículo que había aparecido ni tampoco en los alrededores se encontró ningún resto humano que sirviera como referencia para las tareas de búsqueda. Según precisó, la principal fuente de información era su pareja. Al cierre de esta edición, no había detenidos y las actuaciones han sido declaradas secretas.

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