Andalucía

Diplomacia para las empresas

  • El Encuentro Empresarial de Cádiz sienta las bases para que se produzca un tipo de relación entre iguales en la economía de las dos orillas, con las pymes como grandes protagonistas del nuevo tiempo

El ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo utilizó la rueda de prensa celebrada tras el encuentro de todos los responsables de la diplomacia iberoamericana para subrayar que se había hablado mucho de empresas y, sobre todo, de pymes. Es curioso porque en el encuentro paralelo de empresarios que se celebró en la mañana de ayer en el el Palacio de Congresos apenas había pymes, pero sí que hubo mucha diplomacia. En realidad, la mayor parte de lo que se jugaba ayer en Cádiz era eso. No hay mercado aquí, nos tenemos que ir allí. Y, entre unos y otros, buscar la forma de ir allí, pero cómo.

Lo relata un asistente al VIII Encuentro Empresarial Iberoamericano, que se inició en Jerez y que acabó ayer en Cádiz: "Las conclusiones eran claras. En América Latina hay un déficit de pequeñas empresas y aquí hay muchas a las que se les agota el mercado. Allí están instaladas grandes corporaciones con capital extranjero hacia las que existe desconfianza. De lo que se trata es de que las pymes españolas se atrevan a dar el salto".

Los datos los presentó Alicia Bárscena, la secretaria general de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), en su infome "Perspectivas económicas de América Latina 2013". Las pymes constituyen el 99 por ciento de las empresas en América Latina, pero tienen baja productividad y dificultades para financiarse. Estas empresas, que emplean al 67 por ciento de los trabajadores de la región, sólo contribuyen en un 20 % al PIB. Pese al crecimiento de América Latina, las perspectivas económicas de la región "están sujetas a incertidumbre y volatilidad en el contexto externo".

América Latina, por tanto, no quiere grandes empresas, quiere crear una cultura de pequeñas empresas rentables. Es una cuestión de conocimiento para ellos y de posibilidad de negocio para España.

La tarea de la confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), presente como anfitrión en el encuentro, "es capilar ahora toda la información. Lo que tenemos ahora son las claves y hay que buscar la forma de hacer comprender a nuestras empresas que hay posibilidades de internacionalización y que es una de las soluciones al parón que hay en nuestro país", dice uno sus portavoces.

¿Cuáles son las claves? En realidad, son sencillas. Los representantes iberoamericanos que han intervenido en el encuentro empresarial han explicado en sus respectivas ponencias que ha cambiado un paradigma. No se trata de que lleguen grandes empresas y exploten los commodities, es decir, materia prima. Hasta ahora, esto ha sido así, pero ya no lo es. Se ha ganado mucho dinero con ello, pero lo ha hecho una élite, como demuestra la desigualdad social que sigue existiendo en el continente hermano.

Lo que sugieren las nuevas tendencias, en palabras de otro de los asistentes, "es que lleguen empresas, reconozcamos que vosotros, en Europa, conocéis una tecnología y una organización casi inexistente aquí. Entonces, entre los dos construimos algo, pero tiene que ser algo que permanezca aquí y allí, un beneficio para los dos con un nuevo tejido empresarial no necesariamente tendente a que repercuta en un lugar u otro, sino en un concepto de colaboración. Ha terminado el tiempo de que la riqueza se reparta entre unos pocos y no impregne el territorio".

Todo ello se encuentra en las conclusiones del Encuentro, que presentaron ayer a mediodía Paulo Tigre, del Ministerio de Relaciones Internacionales de Brasil, y Leandro Sigman, presidente de la Cámara Argentina.

A cambio, España ha jugado sus cartas en estos días, en lo que no deja de ser una mezcla de economía y política, incidiendo mucho en lo que se ha decidido llamar "arbitraje", que García Margallo mencionó hasta en tres ocasiones en su comparecencia. Cuando se habla de arbitraje, en realidad, se está hablando de seguridad jurídica. El caso Repsol-YPF en Argentina, por el que Antonio Brufau, presidente de Repsol, pasó de puntillas en su intervención en Jerez el pasado jueves, ha abierto heridas que se han querido cerrar en esta Cumbre. En este sentido, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha llamado a que los países legislen "mucho menos y mejor con marcos normativos claros, simples, estables y más predecibles".

No es lo que se piensa desde la mayoría de los países latinoamericanos, que están dispuestos a dar seguridad jurídica a cambio de unas reglas de juego en igualdad de condiciones. Hay experiencias que han marcado las relaciones comerciales con el exterior. La película También la lluvia, de Iciar Bollaín, cuenta la guerra del agua en Cochacamba, Bolivia, en el año 2000, cuando la multinacional Bechtel quiso privatizar el agua potable. Son las experiencias que Iberoamérica tiene muy aprendidas y no está dispuesta a repetir. Cuando los commodities llegan al agua es que nada funciona.

El mensaje de las empresas españolas a América quiere ser otro. Uno de los datos que se ofrecieron ayer es que el 60% de los jóvenes europeos van a la Universidad. En América Latina, esa proporción es del 8%. Brasil, que asume el nuevo liderazgo regional, ha lanzado cien mil becas de grado y posgrado para que sus estudiantes vayan al extranjero y, al tiempo, quiere recibir estudiantes españoles. Hay modos de colaboración que parecen surgir y donde Cádiz puede ser el origen de un nuevo tiempo.

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