Crisis de precios en la agricultura de Almería

A por el valor perdido: el campo almeriense pierde un 45% en sus precios

La berenjena y el calabacín han sido los productos peor parados de este inicio de campaña, donde todos los cultivos han caído.

La berenjena y el calabacín han sido los productos peor parados de este inicio de campaña, donde todos los cultivos han caído.

En un último mes convulso, donde el campo se ha rebelado en contra de la difícil situación por la que pasa el sector en origen, donde las cotizaciones sufren terribles fluctuaciones y adolecen de una inestabilidad que tienen en una incertidumbre permanente a todos los productores.

Estos días se está hablando muchos de precios, bajos, por supuesto,algo que pasa de manera recurrente esta campaña pero poco o nada se está puntualizando sobre los datos. En este sentido, y consultando las cotizaciones desde la semana 39, momento en el que todo el campo almeriense está a plena producción y que corresponde con el 23 de septiembre, los precios hasta la semana 46, han bajado y mucho con respecto al mismo periodo en la campaña 2018-2019.

¿Pero cuánto? La recopilación de datos que puede ser consultada a través del Observatorio de Precios y Mercados de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía dice el repoker de cultivos del agro almeriense: pepino, calabacín, pimiento, tomate y berenjena han bajado un 45% de media en estas ocho semanas analizadas. Sin duda, unas cifras que pesan demasiado y que corresponden al hartazgo que en este inicio de curso ha dado lugar a al movimiento espontáneo de cientos de agricultores en octubre y de miles ya a estas alturas de mes, a través de la nueva asociación ‘Unión de Agricultores Independientes’.

Atendiendo a cada producto, todos han bajado su cotización y lejos de pensar que es la berenjena el que más lo ha hecho, hay otro que lo supera, como es el calabacín. En su caso, el descenso se cifra en un 57,3%, con un precio medio de 0,35 euros el kilo, siendo el año pasado de 0,82. Le sigue, la propia berenjena, con una bajada del 52,45% y alcanzando en este periodo de ocho semanas los 0,29 euros el kilo.Los siguientes, por orden de merma en la cotización son: el pepino (-43,47%), el tomate (-43,05%) y el pimiento (-26,08%), cultivo que ha aguantado mejor el envite, aunque analizándolo desde una perspectiva objetiva, se trata también de un descenso acusado teniendo en cuenta de que se trata ya del producto estrella del campo almeriense por extensión y volumen.

El modelo Almería está mostrando síntomas de agotamiento, según el sector. El modelo Almería está mostrando síntomas de agotamiento, según el sector.

El modelo Almería está mostrando síntomas de agotamiento, según el sector.

Los propios agricultores, y también las organizaciones agrarias, apuntan al Gobierno español y especialmente a Bruselas, como los responsables por la liberalización del mercado europeo, donde están arrasando las hortalizas de Marruecos, con un contingente que cada año es mayor y al que hace unos meses se le han sumado las producciones del Sahara Occidental.

“Es una competencia desleal”, denuncian desde Coag sobre un país contra el que no se puede competir de tú a tú, puesto que en el campo almeriense los costes de producción son hasta 10 veces mayores. Un peaje que no pueden soportar y depende de que Europa deshaga muchas de las medidas que han originado esta situación en pro de contribuir al desarrollo de estos países y que está acabando con el sector industrial más importante del suereste español.

En este sentido es necesario el control de estas importaciones, con controles de las tasas arancelarias, limitación de los contingentes y, por supuesto, con revisión de los precios mínimos de entrada de producto extracomunitario.

Además, también está la presión y la imposición que realizan las grandes cadenas comerciales y de distribución/supermercados europeos; unos abusos en los que, por el momento, no se están legislando desde Bruselas en aras de poner unos límites. El campo ve cómo se está permitiendo una inflación en los precios que también repercute en el consumidor. Es necesaria más transparencia y establecer pautas claras y obligatorias que no den lugar a estos diferenciales en la cadena agroalimentaria.

La crisis y los problemas no solo vienen de fuera, aunque que duda cabe de que son determinantes, el tejido empresarial almeriense e, incluso, porque no decirlo, los propios agricultores, no han sabido gestionar estas crisis. Más aún cuando se veía venir que el problema tiene también una base en origen. Y esta tiene un nombre, que aunque recurrente es real: planificación. O más bien su inexistencia

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