La Voz Invitada

Paco Casero: El campo reacciona ante la injusticia de los bajos precios

  • El autor reclama a la Administración que aborde una reestructuración del sector

Movilizaciones de los agricultores de los últimos días.

Movilizaciones de los agricultores de los últimos días.

Los agricultores y ganaderos están saliendo a la calle en estos días para hacer patente su indignación por la grave crisis económica que atraviesan, debido a los bajos precios que reciben por sus productos, que no les llegan a cubrir los costos de producción.

Pero, además, quieren reivindicar ante la sociedad la importante labor medioambiental que realizan manteniendo vivos y en condiciones adecuadas nuestros campos, para producir diariamente en ellos los alimentos que necesitamos para vivir, y que sin embargo se sienten colocados en el centro de la diana como uno de los principales responsables de la contaminación del medio ambiente, y por tanto, de todos aquellos problemas que tienen que ver con el cambio climático.

La crisis económica que desencadena esta protesta, se da la circunstancia que coincide también con momentos decisivos en las negociaciones que se están llevando a cabo en la Unión Europea (UE) para reformar y actualizar la Política Agraria Común (PAC 2021-2027). Una nueva PAC que nos ha de servir para reorientar la agricultura y ganadería europeas durante la próxima década, y que va a ser más exigente, desde el punto de vista medioambiental, que la anterior, porque hay que cumplir con los compromisos adquiridos por la UE en los Acuerdos de París (2016) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Por tanto, debemos ser conscientes que esta grave crisis que padece el campo, pilar fundamental de nuestra alimentación, nos afecta a toda la sociedad mucho más de lo que hasta ahora parece que nos ha interesado y, sobre todo, preocupado.

Una PAC más ecuánime

En este sentido, debemos involucrarnos todos y pedirle a la Administración (Central y CCAA) que tome el protagonismo necesario para transformar esta crisis en una oportunidad, que por un lado sea capaz de ayudar a los agricultores y ganaderos a dignificar su profesión, y a sentirse compensados y gratificados por su esfuerzo y dedicación, con unos justos y razonables precios para sus productos, y que por otro lado se aproveche la ocasión para conseguir diseñar una PAC más ecuánime y equitativa que la anterior, haciendo el uso adecuado de las ayudas europeas a la renta para conseguir un reparto en consonancia con las prestaciones (Bienes Públicos) que ofrecen a la sociedad las distintas y variadas agriculturas y ganaderías que existen en nuestro país; ya que tanto la crisis económica como sus consecuencias afectan de modo diferenciado a los productores de cada una de ellas.

Por ejemplo, en las circunstancias actuales de los bajos precios del aceite, lo primero que hay que conseguir es regular el mercado haciendo uso de todos los medios legales que estén a nuestro alcance, porque todo el sector está en una grave crisis, pero también hay que pensar que la crisis no afecta a todos por igual, y que se ha de evitar que esta situación de riesgo general termine en una catástrofe específica, consistente en que los productores más vulnerables, débiles y desprotegidos terminen por abandonar los olivares centenarios tradicionales que pueblan nuestras sierras, ya que tienen en la actualidad unos costes de producción que doblan o triplican a los productores más intensivos y los precios que reciben sin embargo son los mismos.

Esta situación crónica de los olivares de la sierra los hace incompatibles con su mantenimiento y conservación, pero sería una auténtica catástrofe medioambiental terminar por abandonarlos, pues en la actualidad son imprescindibles para mantener vivos y activos esos suelos, para contribuir social y culturalmente a la amortiguación del cambio climático y al cumplimiento de los compromisos mundiales adquiridos por la UE en materia medioambiental.

Aparte del importante papel que juegan en la lucha contra la despoblación rural en estas zonas desfavorecidas.

La dehesa

Lo mismo pasa con la dehesa, también localizada en los mismos lugares de nuestras sierras, un ecosistema único en el mundo, ejemplo paradigmático del aprovechamiento racional de los recursos vegetales de los suelos más pobres y erosionables de nuestro país, pero que tienen sobre todo un extraordinario valor ecológico por su manejo agrosilvopastoral, su biodiversidad y la excelente función que realizan como gran sumidero de carbono.

Sin embargo, está siendo abandonada y desapareciendo debido a una crónica e insoportable falta de rentabilidad, ya que, además de estar vendiendo sus animales al precio de hace veinte años, las ayudas a la renta que vienen recibiendo desde hace décadas los ganaderos de extensivo son dos o tres veces más bajas que las que reciben sus vecinos los agricultores, y para colmo, su animal emblemático, el cerdo ibérico puro de bellota, con el que la dehesa forma un binomio inseparable, que debería ser el pilar fundamental del mantenimiento y conservación de la misma con vistas al futuro, sin embargo, se encuentra dentro de un mercado que no es el suyo, volátil, desajustado e injusto, en el que el cerdo ibérico cruzado de pienso le hace una competencia desleal, que le sirve de freno y le impide alcanzar el precio de costo de producción, que es tres veces superior al precio de costo de producción del cerdo cruzado cebado a base de pienso.

Por tanto, teniendo en cuenta la crítica situación en la que se encuentran agricultores y ganaderos, la complejidad del problema, y partiendo de la base de que las reivindicaciones que están haciendo los hombres y mujeres del campo son unánimes y están respaldadas por todas las organizaciones profesionales y cooperativas representativas del sector, pensamos que es el momento apropiado para que la Administración, asumiendo su responsabilidad y de acuerdo con el sector, aborde una reestructuración de nuestra agricultura y ganadería, mirando hacia el futuro del campo y la sostenibilidad de sus producciones y, por supuesto, sin perder de vista las exigencias de la sociedad europea actual, cada día más sensibilizada con todos los temas que tienen que ver con la conservación medioambiental, el respeto al bienestar de los animales, la seguridad alimentaria, el cambio climático y la despoblación rural.

Esperemos que se acierte, porque nos afecta a todos y nos va el futuro en ello.

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