david de miranda. matador de toros

"El sueño de la reaparición en las Colombinas está cada vez más cerca"

El diestro David de Miranda, en la plaza de Huelva.

El diestro David de Miranda, en la plaza de Huelva. / alberto domingo hernández

El matador de toros David de Miranda ha recibido el alta y se encuentra en su domicilio de Huelva, tras dos meses y medio ingresado en un centro especializado en Madrid para recuperarse de fracturas de vértebras dorsales y gravísimas lesiones en el cuello, reventado al caer de bruces en una espeluznante volterera en la plaza de Toro el pasado 27 de agosto. Aquel día se frenó su carrera en la que ha destacó como novillero y que comenzó como matador de toros el 5 de agosto de 2016 en Huelva con una alternativa de lujo concedida por José Tomás, con López Simón de testigo; saliendo el diestro onubense a hombros junto a sus dos compañeros.

-David, ¿qué supone y cómo ha vivido el retorno a su domiclio en Huelva?

-Estoy muy contento. He pasado la parte más dura de la rehabilitación. Ahora, está previsto que en junio me volverán a hacer pruebas y si todo va bien me darán el alta definitiva.

-¿Cómo lo ha celebrado?

-Comiendo un puchero que me hizo mi madre.

-Supongo que continuará una dura rehabilitación...

-Sí. El lunes empiezo, consistirá en piscina y tratamiento del cuello. Todavía tengo contracturas, dolores de cabeza y como han sido tres meses con collarín tengo atrofiada la musculatura del cuello. Y cuanto antes quiero coger los chismes y torear de salón e intentar hacer campo.

-¿Cuándo comenzará a entrenar?

-Tengo que ir poco a poco porque he perdido movilidad en el lado derecho por la fijación de las vértebras. Tengo que trabajar mucho la flexibilidad.

-¿Qué grados de movilidad tiene en el cuello?

-Por el lado izquierdo la tengo completa, aunque no puedo moverlo con rapidez. Por el lado derecho tengo una movilidad de un 60% o 65%.

-¿Cómo le han tratado en el Hospital Asepeyo de Coslada?

-Muy bien, desde los neurocirujanos hasta los enfermeros, pasando por los fisioterapeutas. Desde el 9 de enero, en que ingresé, he visto la evolución y eso me ha dado ilusión, fe y fuerzas durante ese tiempo. La apuesta ha sido la acertada. Si me hubiera sometido a una operación en la que pensaban dejarme el cuello rígido, me hubiera quedado limitado para torear. Aquel mes de diciembre fue el peor de mi vida.

-¿La reaparición?

-Estoy luchando con fuerza para ello. El sueño de la reaparición en las Colombinas está cada vez más cerca.

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