Toros

El Fandi indulta un toro en la Monumental de México

El diestro español David Fandila El Fandi indultó un toro de regalo y salió a hombros junto con el mexicano Uriel Moreno El Zapata, que cortó dos orejas, una protestada y el paisano de este Federico Pizarro, que obtuvo una oreja protestada, en la que ha sido el octavo festejo de la temporada 2014-2015 en la Monumental Plaza México de esta ciudad capital.

Un festejo en el que ante unas siete mil personas, se lidiaron siete toros de José María Arturo Huerta, bien presentados, con raza y que merecían mejor suerte y si los toreros los llevan con templanza a los astados hubiesen lucido mucho más.

Magnífico el primer toro, con gran pitón izquierdo, con clase y raza el segundo, tercero, con temperamento le faltó un puyazo, el cuarto se dejó, el quinto termino bien, el sexto se acabó pronto y se quedo parado y el séptimo de regalo, claro noble sin la bravura de los hermanos fue indultado a petición generalizada.

Pizarro, con su primero, anduvo sin plan y dejó ir un gran toro con un pitón izquierdo de sensación. Pases aislados y, eso sí, lo mató de magnífica estocada para una oreja protestada que entregó a su cuadrilla y dio vuelta al ruedo. Con el cuarto tampoco anduvo de buenas. Mató de estocada desprendida. Silencio.

El Zapata, con el segundo, toreó bien con el capote y cumplió en banderillas. Con la muleta logró una serie magnífica. Su labor tuvo altibajos y mató de media. Con el quinto igualmente muy bien con el capote, El Zapata estuvo colosal con las banderillas, con vuelta al ruedo tras un primer par monumental. Con la muleta empezó con brillantez y la faena no tomó vuelo, estocada. Dos orejas con ligeras protestas de una de ellas.

El Fandi, con el tercero, al que le faltó un puyazo y terminó con mucho que toreársele, labor meritoria, carente de temple. Silencio con algunos pitos. El sexto desarrolló un poco de genio y tras algunos pases empezó a quedarse corto. Lo mató pronto y regaló el séptimo, un toro fácil, que tuvo movilidad y que fue al engaño en cuanto se lo ponían enfrente. Brilló con las banderillas y cuajó una faena sin mucha clase, que terminó haciéndole lo que quería y a petición generalizada el indultó que nos parece no era merecedor a el, aunque se comió cien pases. Vuelta al ruedo con el ganadero y sus hijos y salida a hombros junto con El Zapata.

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