Manuel Díaz El Cordobés estuvo muy cerca ayer de cortar alguna oreja en la decimoséptima corrida de abono en la Maestranza. "Ha sido la vez que más cerca lo he tenido", comentaba El Cordobés a este periódico en la intimidad de la habitación del Hotel Colón una vez finalizada la corrida. "Estoy aquí rodeado de buenos amigos. Para mí esto es un éxito y he sentido mucho en esta tarde", aseguraba el diestro, que lamentaba no haber podido cortar la oreja: "Ha faltado muy poquito, pero el cariño y la entrega están por encima, aunque está claro que me hubiera gustado poder sentir la oreja en la mano, igual lo lamento en el futuro".

No obstante, el diestro aseguraba que había encontrado la línea a seguir: "El camino está ahí. Hay que seguir luchando de esta manera. Ahora iré con mucha moral a otras plazas después de lo de esta tarde en Sevilla".

En cuanto a los toros, indicó que "casi todos han sido complicados con el capote". De su lote, destacó la lucha que tuvo con sus enemigos hasta lograr que se entregaran: "Los toros se dejaron al final de la faena. Ha sido un toma y daca. El segundo mío ha sido de cansarlo, y entonces es cuando le he podido hacer las cosas".