Toros

Antonio Medina gana el ciclo de promoción de la Maestranza

final de las novilladas de promoción en sevilla Ganadería: Novillada de Juan Antonio Ruiz Espartaco, de desiguales hechuras, con los cuatro primeros manejables en distinto grado, pero sin ser boyantes, un quinto que embestía rebrincado y un sexto manso. TOREROS: Juan Márquez, de azul y oro. Estocada casi entera (silencio tras un aviso). Media estocada (silencio). Jesús Muñoz, de tabaco y oro. Estocada muy tendida y trasera y ocho descabellos (silencio tras un aviso). Estocada y dos descabellos (silencio). Antonio Medina, de azul marino y oro. Media caída con derrame (oreja con petición mayoritaria). Casi entera y descabello (oreja tras un aviso). INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Jueves 28 de julio de 2016. Final del ciclo Nuevos valores de la torería. Nocturna. Algo más de tres cuartos de entrada.

Dentro de un ciclo que no ha tenido un nivel alto en su conjunto y en el que alcanzaron la final Juan Márquez, Jesús Muñoz y Antonio Medina, se alzó como triunfador del certamen éste último, un sevillano afincado en Zafra y perteneciente a la Escuela de Badajoz, que cortó una oreja a cada uno de sus oponentes. Se marcharon de vacío Jesús Muñoz, de La Puebla del Río, y el sevillano Juan Márquez, quienes quedaron en segundo y tercer lugar, respectivamente, tal y como acordó el jurado compuesto por los asesores presidenciales de la plaza de toros de Sevilla. La Corporación maestrante entregará como premios un traje de luces al primer clasificado y un capote de paseo y uno de brega a los otros dos novilleros.

Con una magnífica entrada en la plaza de Sevilla en noche calurosa, aunque no sofocante como la del anterior jueves, se lidió una novillada de Espartaco de desiguales hechuras; siendo los cuatro primeros manejables, aunque no eran boyantes y requerían manos más avezadas y con temple que las de los tres jóvenes todavía inexpertos que actuaron anoche.

Antonio Medina ganó el corazón del público por su entrega novilleril. Puso garra a todo cuanto realizó. Con el tercero, que tenía movilidad, aunque carecía de clase, consiguió dos tandas estimables con la izquierda y pese a que la media estocada cayó baja, al rodar el novillo tras ese primer envite, volaron los pañuelos para el primer trofeo, que fue concedido. Ante el manso sexto, rajado desde el principio y que salía suelto de las suertes, ganó terreno con la capa y remató con una larga de rodillas. Con la franela robó muletazos aislados, algunos de mano baja, intentado recoger al astado, consiguiendo una serie mandona muy ovacionada en el epílogo. Mató de casi entera y descabello y fue premiado con otra oreja.

Juan Márquez realizó una labor a menos ante el manejable primero, destacando en las dos tandas de apertura con la izquierda. Por el pitón derecho, más complicado, no llegó a acoplarse. Ante el cuarto, un punto áspero, concretó una labor voluntariosa que no llegó a calar en el público.

Jesús Muñoz, con el segundo, que acometía con cierta aspereza, sufrió una cogida espectacular, afortunadamente sin consecuencias. Citó en los medios y el animal acudió desde tablas como un obús, lanzando al novillero por los aires de manera espectacular. Se recuperó de inmediato y consiguió una serie con la diestra con ligazón y muletazos de muy buen trazo, que fueron de lo mejor de la noche. También corrió muy bien la mano al natural. La faena era de premio, pero tras una estocada muy tendida y trasera precisó usar el verduguillo hasta en ocho ocasiones. Con el burraco quinto, al que recibió con una larga cambiada de rodillas frente a toriles, se entregó en una labor porfiona ante un ejemplar que acometía rebrincado y sin un ápice de clase.

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