GANADERÍA: Tres toros de Victorino Martín, bien presentados, encastados y con problemas y tres toros de Cuadri, más aparatosos por el peso, bruscos y descompuestos, a excepción del cuarto, que se desplazó más. TOREROS: Uceda Leal, oreja y ovación tras petición. Alberto Aguilar, oreja y oreja. Rubén Pinar, oreja y oreja. Incidencias: Plaza de Castellón. Casi tres cuartos de entrada.

Alberto Aguilar y Rubén Pinar salieron a hombros en Castellón. Contrariedad que Uceda no estuviera en la foto de la puerta grande, puesto que la faena de la tarde llevó su firma, al toro que abrió plaza. Sin la frialdad que supone torear en primer lugar, el premio hubiera sido de dos orejas. Faena con muy buena expresión, y eso que el toro no fue nada fácil. Gazapón desde el tercio de banderillas, el animal se echaba encima del torero, por lo que había que torearle espaciadamente. El trasteo transcurrió prácticamente por el lado derecho, el pitón menos malo del victorino. Uceda estuvo muy tenaz y muy paciente, valiente de verdad. Y la estocada, de manual, entrando despacio, dejándose ver y enterrando el estoque hasta la misma empuñadura en todo lo alto. El cuarto se movió, pero sin apenas clase. Y esta vez Uceda no se desmelenó lo suficiente.

La primera faena de Aguilar fue de valor a un toro brutote que no perdonaba errores. La emoción y el riesgo patente en todo momento, y la efectividad con la espada sumaron para la oreja. El trofeo del quinto fue algo más generoso. Toro bronco y descompuesto, y torero absolutamente dispuesto.

El primero de Pinar fue un regalo. Ganó la brava pelea del hombre. Ante el sexto, toro violento, la cosa resultó con muchos altibajos. Al final, dos toreros a hombros.