La entrañable Manolita de Amar es para siempre está de vuelta en la Plaza de los Frutos. Feliz tras el reencuentro con compañeros, equipo técnico y también espectadores, este paréntesis ha coincidido con su baja de maternidad después de tener a su segunda hija, Julia, quien ya ha debutado en la pantalla como la pequeña Catalina. En la novela de sobremesa de Antena 3 la ausencia de su personaje se justificó con un viaje a México para ayudar a su hija Leonor en el parto de sus trillizos. Además de su recién nacida, su marido, Nacho Rubio (Samuel) también trabaja en la serie.

-¿Cómo lleva el tema de la conciliación con una hija recién nacida, otra pequeña y el ritmo trepidante de una serie diaria?

-Hay que tener predisposición. Y la verdad es que tanto la productora, Diagonal TV, como el director, el productor y todo el equipo de la serie, siempre me han apoyado muchísimo. Es un gusto trabajar con un equipo así, que se ilusiona y se alegra contigo. El anuncio de mi embarazo fue ¡una fiesta! Si hay predisposición de la gente a comprenderlo, el embarazo y la baja de maternidad son cosas naturales. Ahora, pues me llevo a mi hija pequeñita al rodaje, hace de mi hija Catalina; así puedo seguir dándole el pecho. Y con mi marido, pese a que tenemos el mismo ritmo de rodaje, todo lo hacemos al cincuenta por cien, somos una pareja que llevamos la conciliación y el feminismo a nuestra vida diaria.

-Pero muchas veces una actriz se lo tiene que pensar dos veces antes de ser madre. No siempre les darán papeles de embarazada y son unos meses sin trabajo.

-Claro. Yo llevo doce años en Amar.., así que es una suerte para mí, como actriz y como mujer, trabajar con un equipo de personas en el que todo se normaliza tanto. Todo es más fácil de lo que parece, sólo hay que organizarse y tomarlo con tranquilidad. Pero los actores somos personas, como los demás. Somos más normales de lo que la gente se cree. Las actrices tenemos hijos, los actores pueden enfermar, pueden tener problemas familiares... tenemos que tener días de baja, como cualquier trabajador.

-Después de más de una década haciendo de Manolita, ¿tiene aún la clara la frontera entre Manolita e Itziar?

-Sí, claro. Manolita es más sumisa, yo soy más rebelde. También soy mandona pero de forma más sutil (risas). Al final es mejor para que los demás acaben haciendo lo que tú quieres.

-Manolita ha vuelto de México para poner orden en la Plaza de los Frutos: ¿Cómo evolucionará su personaje?

-Sus tramas nos seguirán sorprendiendo. A pesar de todo este tiempo interpretándolo, los guionistas me siguen sorprendiendo muchas veces. Ahora tendré un regalito, una sorpresa que no puedo desvelar, una bonita historia en la serie.

-¿No le apetece cambiar después de doce años?

-Pues estoy muy a gusto con lo que hago, la verdad. Además, cada año la serie cambia casi todos los actores, es otra serie nueva y así se oxigena un poco. También a los actores fijos nos viene bien. De momento, me quedo.