Visto y Oído

francisco andrés gallardo

Allí abajo

De la excelente cosecha de Atresmedia ha surgido una serie que ha sido nuevo banderín de enganche de Movistar +, Velvet Colección; otra, Vis a vis, va a suponer a partir de mañana una mayor valoración del canal de pago más visto, Fox, y su esfuerzo en producción propia; y una tercera que se ha convertido en la ficción española más vista en todo el mundo y en toda la historia de las pantallas, La casa de papel. En este último caso la rentabilidad ha sido morrocotuda e imprevista por todas las partes implicadas. En el país más remoto ya conocen a El Profesor y sus secuaces, a las altura de los tronos y los zombis.

Lo que va a tener más complicado Atresmedia es sacar más partido a las dos comedias que tiene en antena. Cuerpo de élite, con todas sus posibilidades, va desinflándose. Sus parodias de la actualidad tienen una mala uva ingeniosa pero la idea argumental se desmorona en diálogos romos y multiplicación de tramas, para estirar, lo que deja aguado cada capítulo.

Pero peor perspectiva tiene Allí abajo donde ya es difícil encontrar un motivo para arrancar sonrisas. La comedia vasco-andaluza se ha convertido en una montaña coral, con una acumulación excesiva e innecesaria de personajes, y un guión cada vez más indiferente. Lo del mal chiste de aquel guionista en las redes sociales fue una muestra de lo poco inspirado que anda el equipo. Ya hay que tener poco olfato para no sacar rédito de los personajes andaluces e incidir en una tramas donostiarras que aportan poca chispa y aún menos ese carácter de disparate que es lo que hacía destacar a esta serie junto a las habituales exageraciones de tópicos localistas, kabenzotz. Menos cuadrilla y más Sevilla sería la fórmula.

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