TV-Comunicación

TV3: independentismo en vena

  • La corporación audiovisual catalana nació con espíritu supremacista y excluyente que se ha ido escorando hasta lo impensable desde los tiempos del tripartito

  • Cuenta con 2.200 trabajadores y cuesta 234 millones al año

TV3: independentismo en vena

TV3: independentismo en vena

No, no vale cualquier acento catalán en TV3. En una cadena nacida del supremacismo pujolista, ideada como herramienta creciente de la Generalitat, caldero de doctrina y arquetipos, sólo cabe la perfecta dicción del catalán. Como altavoz de la causa de los Països Catalans y bombo internacional del victimismo secesionista, el catalán tiene que oírse y sobre todo sonar de forma académica. Las formas, los modos, la apariencia son importantes para esta fachada basada machaconamente en consignas de segregración y odios larvados. En (perfecto) catalán suenan los periodistas, los analistas y los políticos (qué mal llevaban la pronunciación del presidente Montilla) o los actores. Para hablar en castellano ya están los ignorantes y, en el caso andaluz, los tontos como Sergio Ramos en Crackòvia y los canis del Cinturón Rojo. Lo apreció The Wall Street Journal.

Hay trabajadores catalanes en Canal Sur que no encontraron sitio en TV3, años ha, porque no tenían la prosodia exigida por la corporación CCMA: la cadena nacida en la Diada de 1983, alentada por Jordi Pujol para equipararla con la vasca y sin usar los enlaces de TVE. La autonómica catalana ("nacional" se autodenomina) nació excluyente desde el primer instante, envuelta en su cáscara de modernidad y complejo de superioridad con tres pilares: el idioma, la tierra y el Barça. Al margen de todo lo español (incluso del Espanyol, residual en la información deportiva). Bajo esa cáscara falsamente progresista se ha ido escondiendo la herramienta para entrar en cada hogar catalán con propaganda. Si el Barça es más que un club (por lo visto), TV3 es más que una cadena, donde los catalanes que hablan correctamente son los más guapos, los más listos y los más perfectos. Eso cala en los niños que ven Info K, el informativo infantil. Lo que aparece en la tele es extensión de la escuela.

2004. El realizador de un Barça-R. Madrid se esmeró en un lema que marcó estilo

La cáscara se fue manteniendo, pero desde los años del tripartito la esencia interior iba corrompiéndose en un sesgo más escorado hasta alcanzar un paroxismo estúpido. Ni la cáscara ha podido aguantar el desprecio de todo lo que fuera más allá de la franja de Lérida, donde se encuentra otro país, España. Y Franco. Documentales como Adéu, Espanya proliferan por las parrillas y en cada 11-S el drama de 1714 se extiende durante días con documentales e incluso ficciones. La historia de Cataluña se resume en un par de fechas. Lo demás sobra. Y en la parrilla de los informativos, durante años, sólo cabe el Procés y los agravios del Estado Español (la palabra "Espanya" no existe salvo por imperativo despectivo). Los contertulios al servicio de la causa arrinconan cualquier voz moderada y de ahí que se salieran los últimos constitucionalistas como la socialista Carme Valls o los periodistas Nacho Martín y Joan López.

TV3, la CCMA, hermana mayor de todas las autonómicas, la más influyente, la más cara, el modelo a seguir hasta hace poco, cuenta con 2.300 trabajadores, cinco cadenas, y una dotación de 234 millones de euros anuales (más o menos el doble que Canal Sur, para menos población). Se ve más bien poco, hay que reconocerlo, pero, ojo, la señal de los canales autonómicos es la única que se recibe en decenas de municipios . El 155 podría empezar por poner los repetidores que faltan para que llegue la TDT a bastantes lugareños. La preocupación por los conflictos de este maldito octubre han llevado a TV3 a superar el 12,9% de septiembre, pero su media en abril fue de 9,6%. En 2016 tuvo 11,4%, venciendo a T-5 por 1 décima. El canal informativo 3/24 (monotemático y monolítico) tiene 1,5%; el infantil Super 3, compartido con el cultural 33, 1,2%; y Esport 3, monográfico del FC Barcelona, 1%. Emiten como Catalunya Ràdio, pero la cadena más oída por allá es una aún más tóxica, RAC 1, de La Vanguardia. Ya saben, España nos roba y el Real Madrid más.

Las cifras de audiencia de TV3 no se entienden sin el Barcelona, con sus partidos de Champions. La peña azulgrana es tuétano pasional para mentalizar sobre el separatismo idílico. "Catalonia is not Spain". Cualquier logro de Messi es una epopeya nacional que se superpone al cataclismo de 1714. Aliada de toda esta red de manipulaciones es la productora Mediapro, la firma de Jaume Roures, un combativo redactor de la casa que se ha convertido en controlador de los derechos de la liga mediante la comercialización del Barça, que igual monta el centro de prensa del 1-O como produce Las cloacas de Interior. Y están productoras como Minoría Absoluta, que alimenta el prisma satírico de las consignas mediante el barcelonista Crackòvia y el político Polònia, donde cabe todo lo hiriente y perverso en nombre del humor. Hay un Intermedio diario, Está passant.

Con la cara seria, como la televisión de Farenheit 451, hay informativos que van a lo suyo, como Els matins, y magacines como Tarde oberta. Hasta la información del tiempo es excluyente y sesgada. La cúpula es brazo armado del Govern: Núria Llorach, la presidenta; Vicent Sanchís, el director de la TV; y Raúl Gordillo, de la radio. Están llamados a revelar qué resquicios de profesionalidad les quedan.

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