TV-Comunicación

Meredith ya no es la que era

  • l Fox Life estrena esta noche en versión doblada la decimotercera temporada de 'Anatomía de Grey'

Fox Life estrena esta noche en castellano la nueva entrega de Anatomía de Grey, la decimotercera ya, aunque el canal emite los nuevos episodios en versión original subtitulada desde el pasado 23 de septiembre, tan sólo un día después de su estreno norteamericano. Ésta será una nueva temporada llena de intrigas en la que el espectador verá la nueva vida de casados de Owen (Kevin McKidd) y Amelia (Caterina Scorsone), con cuya boda concluyó la entrega anterior. Además, Arizona (Jessica Capshaw), con la custodia legal de su hija, tendrá que aprender a estar sin Callie (Sara Ramirez), su ex pareja, ya que la actriz no intervendrá en los nuevos episodios salvo en escenas contadas. O la siempre difícil relación entre Alex (Justin Chambers) y Jo (Camilla Luddington), enfrentados porque él quiere casarse y ella no (no puede en realidad, como se desveló también en el último capítulo). La protagonista, por su parte, la advenediza Maredith, experimentó un resurgir de su personaje tras la muerte de su marido Derek (Patrick Dempsey). La anterior entrega fue la primera en la que se enfrentó a su ausencia y aprendió a vivir sin él; incluso se le vislumbra una posible nueva relación amorosa con Riggs (Martin Henderson), aunque el actor que lo interpreta ha desvelado que no será el nuevo Doctor Macizo del Grey-Sloan Memorial Hospital.

Una Meredith a la que, en doce temporadas (y, de momento, la que queda por ver), le ha ocurrido ya de todo convirtiéndose su vida en un auténtico culebrón. Meredith ya no es la que era, aquella médico residente que llegó al Seattle Greace dispuesta a comerse el mundo. Viuda, con tres hijos, varias muertes a sus espaldas y después de un accidente de avión, el ataque de uno e incluso dos asesinos y llenando el hueco de sonadas ausencias inexplicables, como la de su amiguísima Cristina (Sandra Oh), Meredith o, mejor dicho, Shonda Rhimes, la creadora de esta ficción, se han perdido en un sinfín de tramas a las que no se les ve desenlace posible digno. Éstas son algunas de las razones por las que la serie debería haber echado el cierre hace tiempo.

Trece temporadas de unos veinte (incluso más) capítulos cada una. Ponerse a ver ahora mismo Anatomía de Grey desde el minuto uno es un suicidio. Y no solo eso, sino que probablemente el espectador nunca alcance a los capítulos en emisión en la vida. Porque esta serie es infinita. Cuando Ellen Pompeo se jubile, buscarán a otra Grey con la que poder continuar la serie. Y así hasta el fin de la humanidad.

No es por hacer spoilers, solo aviso a navegantes: más de la mitad del reparto que comenzó la serie, no la ha acabado. Eso es, cogerle cariño a todos esos médicos y médicas guapos y perfectos que salvan vidas cada día, sin que nadie salve la suya. Y se sufre. Se sufre muchísimo.

La muerte de casi todos los personajes hará que traigan personajes nuevos. Como es comprensible, no van a dejar el hospital vacío sin nadie trabajando en él. ¿Cuál es el problema? Pues que los nuevos personajes no le importan a nadie. Tienen tramas banales o forzadas y la profundidad de un charco. Son personajes tan poco complejos que enseguida se nota que solo están de relleno.

Tampoco es que Anatomía de Grey fuera una serie con una gran trama. Siempre ha sido lo que es: una telenovela. Lo que pasa es que al principio resolvían algún caso, se esforzaban por averiguar qué les ocurría a sus pacientes o nos mostraban la dura vida de un cirujano. Ahora ni eso. Los personajes se acuestan entre ellos, se enamoran, se desenamoran, y el hospital ha pasado a un segundo plano de tal manera que solo es el escenario.

Sí, Anatomía de Grey ya no es lo que era. Trece temporadas son más que suficientes para replantearse si seguir viendo esta serie o no, pero el problema es que no hay elección. Es adictiva de tal manera que si la empiezas, no la dejarás hasta que ella te deje a ti. En conclusión, empezar a verla no es recomendable porque engancha y parece que nunca va a tener fin. Para otros, sus seguidores, ya es a todas luces demasiado tarde.

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