Sucedió en el primer domingo del año, al caer la tarde. Hastiados de tanta televisión redundante, fiesta sobre fiesta, y a puntos de ser sepultados por una montaña de Cachitos bis repetidos hasta la saciedad, ocurrió el milagro. Llegaron los amigos de Repor con entrega de estreno. Así, sin avisar ni publicitar. Sólo sabíamos que habían viajado a Linares. ¿Pero de qué iban a hablar? ¿Del ocaso de sus torneos de ajedrez, en el lugar que fue capital mundial de esta disciplina?

Apenas en el minuto del sumario quedaron despejadas las dudas. Tere Borque y Sara Boldú se habían desplazado hasta allí con motivo de la manifestación que el pasado mes de septiembre hizo que todo el pueblo saliera a la calle para lanzar un grito desesperado. Linares se muere. Los 60.000 habitantes con que contaba hasta hace pocos años han empezado a emigrar. Con un 40% de la población activa en paro, el Linares que en su día se medía cara a cara con Jaén capital en progreso y oportunidades, no es ni sombra de lo que fue.

Y allí estuvieron los de Repor dando voz a la gente, contando qué es lo que ha dado lugar al desastre. Presentándonos los restos del naufragio. Los fantasmas de Santana, del polígono y del barrio, de donde comían más de 4.000 familias. Hablaron 'santaneros', pero también habitantes del centro. Y habló el alcalde, desde la cafetería de un hotel porque el Ayuntamiento está en obras. Toda una metáfora. Aunque lo más estremecedor llegó cuando Tere Borque conversó con una joven en su domicilio. Que ha optado por quedarse y que se preguntaba, entre lágrimas, qué será de su hijo, apenas un bebé, cuando tenga que ir a la universidad. ¡Si ella ni siquiera cotiza! Una sacudida para volver a la realidad.