El turbio asesinato de un miembro de la Guardia Urbana de Barcelona, por el que están acusados su novia y el ex novio de ésta, ambos también agentes, continúa siendo desenmarañado por el juzgado que lleva el caso después de que se hallara el cadáver carbonizado en un camino cercano al pantano de Foix. Una integrante de la unidad de investigación de la Guardia Urbana ayudó a la agente encarcelada acusada de matar a su pareja a limpiar sangre en su casa de Vilanova i la Geltrú, aunque pensó que se trataba de restos de la menstruación de una perra.

Según adelantó en su edición de ayer La Vanguardia, la agente acudió a una comisaría de los Mossos d'Esquadra tras la detención de Rosa P., para relatar que la había ayudado a limpiar sangre en su casa, ante lo que los agentes de la Policía autonómica le tomaron declaración como testigo, sin incriminarla como encubridora. La agente explicó a los Mossos que Rosa P., que está encarcelada por matar supuestamente a su compañero y pareja Pedro R. junto al también agente Albert L., le pidió el 5 de mayo a su compañera que la acompañara a su casa para protegerla, porque tenía miedo ya que se acababa de encontrar el cadáver de su pareja en el maletero de un coche calcinado en un camino del pantano de Foix.

Rosa P. estaba de baja, por lo que no tenía acceso a su arma reglamentaria, situación que expuso a su amiga, que sí que iba armada, para pedirle que le hiciera compañía. Cuando ambas llegaron al domicilio de la acusada en Vilanova, ésta le pidió a su amiga que la ayudara a limpiar la sangre que había en el suelo, alegando que eran restos de la menstruación de su perra, ante lo que la agente, de la unidad de investigación de la Guardia Urbana, lo hizo sin sospechar nada, según su versión.

Posteriormente, cuando el 13 de mayo Rosa P. fue detenida, la agente ató cabos y se dirigió a una comisaría de los Mossos para explicar lo ocurrido. La acusada ha ofrecido varias versiones sobre lo ocurrido. La semana pasada, el juez instructor y los Mossos reconstruyeron el crimen.