España aumentó en los últimos años la ayuda financiera para la educación superior, pero sus instituciones carecen de autonomía, dijo ayer el director de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Paulo Santiago. El directivo reconoció que España dedica suficientes medios públicos para la mejora de su educación superior, en la primera jornada de la conferencia internacional sobre educación terciaria -universitaria y de Formación Profesional (FP) superior- para la sociedad del conocimiento, que se clausura hoy en Lisboa.

Santiago se refería así al informe del mismo nombre, Educación terciaria para la sociedad del conocimiento, elaborado en 24 países a iniciativa de la OCDE y presentado ayer en la capital portuguesa.

El responsable de la OCDE explicó que su valoración se refiere, exclusivamente, al informe elaborado a lo largo de los últimos cuatro años por las autoridades españolas, ya que cada país, a través de una serie de parámetros aportados por la organización, llevó a cabo su propio análisis, después sumado al conjunto.

Santiago adelantó que en plazo aproximado de un mes, la OCDE hará público otro estudio propio sobre la educación superior en España (incluida la formación profesional) que él mismo dirige, pero matizó que todavía no puede revelar las conclusiones.

En cuanto al informe de las autoridades españolas para la conferencia lisboeta, indicó que refleja también una adecuada política de investigación. Santiago aclaró que, no obstante, el sistema español de educación superior presenta como factor negativo una gran homogeneidad entre sus universidades. "Todas las universidades ofrecen lo mismo", dijo, además de destacar que éstas no tienen apenas margen de maniobra, debido al excesivo control al que están sujetas, tanto por parte del Gobierno central como por los correspondientes autonómicos.

Además, apuntó que la FP está "muy desvinculada de la Universidad", por lo que abogó por una colaboración más estrecha entre las dos instituciones de educación superior .