Sociedad

Herschel, el telescopio espacial más grande construido jamás

  • La puesta en órbita del supertelescopio, este jueves, permitirá descomponer el fondo cósmico en el que está grabado la formación de las primeras estrellas y galaxias.

Después del Big Bang, la gran explosión que dio origen al Universo, el cosmos estuvo en absoluta oscuridad durante mucho tiempo. Sólo después de al menos cien millones de años comenzaron a brillar los primeros soles y pusieron fin a esa "era oscura". Con el telescopio espacial más grande construido hasta ahora, los astrónomos quieren ir a la caza de las primeras estrellas y galaxias del Universo.

El observatorio volador Herschel podrá detectar radiación infrarroja cósmica que le permitirá ver a través de nubes de polvo y gas, que en la luz visible, como por ejemplo en el caso del telescopio Hubble, constituyen una especie de cortina inescrutable.

Tras varias postergaciones, está previsto que el supertelescopio sea puesto en órbita el 14 de mayo con un cohete Ariane V que partirá desde el centro espacial de Kourou en la Guayana Francesa.

"De la luz que llega a nosotros desde el Universo, sólo la mitad pertenece al espectro visible, la otra mitad es del infrarrojo lejano. Por lo tanto, con un telescopio óptico sólo podemos ver la mitad del Universo", explicó Albrecht Poglitsch, del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre, en la ciudad alemana de Garching, cerca de Múnich, que es responsable de uno de los tres instrumentos a bordo del Herschel.

Las estrellas adultas y los sistemas de estrellas emiten ante todo radiación en la región visible del espectro, mientras que los sistemas en formación y jóvenes emiten en el infrarrojo.

La formación de las primeras estrellas y galaxias está grabada en el fondo cósmico infrarrojo, una radiación difusa en el Universo emitida en todas las direcciones.

"Con Herschel estaremos ahora por primera vez en condiciones de descomponer este fondo difuso en fuentes individuales", indicó Poglitsch.

El telescopio lleva el nombre del descubridor de la radiación infrarroja, Friedrich Wilhelm Herschel (1738-1822), un astrónomo británico de origen alemán.

El esfuerzo que hicieron la Agencia Espacial Europea (ESA) y sus socios para Herschel es enorme: el proyecto tiene un costo de alrededor de 1.000 millones de euros (1.350 millones de dólares) y en la construcción del observatorio participaron 17 empresas.

Con un diámetro de 3,5 metros, la superficie del espejo del Herschel es más del doble de la del Hubble, cuyo diámetro es de 2,4 metros. La ESA subrayó que es "el más grande lanzado al espacio".

En tándem con el supertelescopio también será puesto en órbita el satélite de la ESA Planck, que deberá medir con una exactitud nunca antes alcanzada el "eco de la gran explosión".

Mínimas oscilaciones en esa radiación cósmica de fondo llamativamente uniforme reflejan las "semillas" de futuros grupos de galaxias.

Herschel tendrá tareas múltiples: no sólo tendrán en la mira las primeras estrellas del Universo, sino que también podrá analizar los capullos de polvo en los que se forman los soles jóvenes.

Además, observará cómo se forman los sistemas planetarios, investigará la historia del Sistema Solar al que pertenece la Tierra y analizará la composición química de las nubes de moléculas, estrellas y galaxias.

Entre otros, la ESA califica a Herschel como "la herramienta más poderosa para la búsqueda de agua en nuestra galaxia".

La luz infrarroja tiene sin embargo también una gran desventaja: es de una longitud de onda mucho más grande que la luz visible y es justo la longitud de onda la que determina la cantidad de detalles que se pueden percibir.

Si bien Herschel posee el espejo más grande de todos los telescopios espaciales, en el infrarrojo no puede tener una resolución tan fina como por ejemplo el "Hubble", que trabaja en el visible.

Pese a ello, abre la puerta a posibilidades de observación únicas.

Los instrumentos a bordo del Herschel deben estar sobreenfriados, para lo que el telescopio lleva 2.000 litros de helio líquido.

Sin embargo, esta carga limita la duración de la misión. "El helio se acabará en alrededor de 3,5 años", dijo Poglitsch. Cuando no haya más sustancia refrigerante, el telescopio se calentará y no será posible hacer más observaciones.

Para el año 2013, la agencia espacial estadounidense NASA tiene previsto el lanzamiento de un telescopio espacial aún más grande.

El "Telescopio Espacial James Webb", que también trabajará en el infrarrojo, tendrá un espejo de 6,5 metros de diámetro. El primero de sus 18 segmentos espejados ya pasó con éxito las primeras pruebas de frío.

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