Sevilla f.c.

El premio a la perseverancia

  • El Sevilla ha logrado la mitad de sus 24 puntos con goles en el tramo final del partido.

  • Con dos triunfos y tres empates fuera, se agarra a la pelea de las alturas.

Jorge Sampaoli y Jorge Desio, en el aeropuerto de San Pablo.

Jorge Sampaoli y Jorge Desio, en el aeropuerto de San Pablo. / mj lópez

"No escucho y sigo". Jorge Sampaoli tiene tatuado este lema, tomado de su grupo de rock fetiche, y en el Sevilla lo está llevando a la práctica... para bien del Sevilla. La perseverancia en su fútbol, fundada en la fe ciega en su idea por encima de todo, tiene a su equipo en lo alto de la tabla. Los resultados están premiendo esa perseverancia, que se están grabando a fuego sus jugadores hasta el punto de lograr épicas remontadas como la de Riazor. Tras ir perdiendo por 2-0, el Sevilla volteó el marcador, algo que no hacía a domicilio desde 1994 concretamente (2-4 en el Vicente Calderón). Y sucede que esa pertinaz búsqueda de la portería contraria no es flor de un día, sino que es propia de este Sevilla.

Quizá no sea nueva esa fortuna de marcar en los minutos finales. Ya en la anterior era, con Unai Emery, muchas veces se apelaba al dicen que nunca se rinde con que El Arrebato quiso ilustrar la casta sevillista para explicar muchos goles que dieron sonados triunfos en los estertores de los partidos. Pero aquello tenía más que ver con esa resistencia a morir, más que con esta nueva ansia por vivir. Salvo el día del Barcelona, en el que Sampaoli tiró la toalla quizá por querer perseverar en el error, el Sevilla, su Sevilla, ha logrado ya cuatro triunfos, 12 de los 24 puntos sumados en la Liga, con goles en el tramo final del partido. En tres de estos partidos, además, llegaron los ansiados goles más allá del minuto 90. La excepción a esta regla de la zona Cesarini (goles en los minutos finales en honor a un delantero de la Juventus de los años 30) fue el 2-3 con que Sarabia dio el primer triunfo a domicilio, en Leganés, con un soberbio zapatazo en el minuto... 85.

El primer ejemplo se dio ante Las Palmas, uno de los partidos más duros que ha tenido que sacar adelante el Sevilla, ante un rival que planteó un buen partido, que se puso por delante en la primera parte y que aguantó el acoso y derribo de ese fútbol de control y posesión sin fin hasta el minuto 89, en que Sarabia marcó el penalti que se buscó Vitolo. En el minuto 94, Carlos Fernández hizo el 2-1 al rematar un córner botado por el propio Sarabia.

El segundo ejemplo llegó cuatro jornadas después, ante el Alavés. Abrió la lata Ben Yedder de forma tardía (74'), tras un taconazo mágico de Ganso, empató Laguardia en el 84' y otro taconazo de Ben Yedder, en el 90' a pase de Vitolo, llevó la justicia al marcador.

Luego llegaría el susodicho partido de Leganés. El Sevilla se adelantó con claridad merced a Franco Vázquez y Nasri, pero se dejó empatar en dos minutos fatídicos, 67 y 69. La salida al campo de Sarabia fue crucial, porque vio puerta cuando más atascado parecía un Sevilla que no dejó de intentarlo nunca. Aquel derechazo combado, con su pierna mala, en el minuto 85 fue clave por muchas cosas. Entre otras, por acabar con el mal bajío de más de un año sin ganar fuera de casa.

"Es una victoria de peso absoluto", dijo Sampaoli tras el triunfo en Riazor. Y buena razón que llevaba el hombre. Esos dos goles en los minutos 87 (Vitolo) y 92 (Mercado) zanjaron la racha de dos partidos sin ganar, dieron continuidad a la costumbre de cantar victoria tras un parón, y tumbaron la nueva amenaza de que a domicilio se viera recompensado el buen fútbol del Sevilla tras el aciago mediodía de El Molinón, con multitud de ocasiones desperdiciadas, incluidos dos disparos al poste.

Se pueden sacar varias conclusiones de esta realidad, pues no debe ser casualidad. Una, que el Sevilla cree en lo que hace hasta el final. Los jugadores ya ese han imbuido de esa búsqueda constante del arco rival, como anunció a su llegada Sampaoli. Otra, que es difícil aguantar esa constante posesión del balón y que los rivales, con el paso de los minutos, ceden por cansancio, obnubilados por tanto manoseo y tanta combinación. Y otra, que Sampaoli tiene recursos para mejorar los partidos durante el transcurso de los mismos, salvo aquel apagón que sufrió ante el Barcelona. En aquel partido perseveró en lo negativo. Pero hasta ahora está perseverando en lo positivo, ya ha logrado los mismos puntos a domicilio que el curso pasado, 9, y eso tiene al Sevilla agarrado a la pelea de la zona alta de la clasificación.

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