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Que noviembre al fin arranque

  • Al Sevilla le urge volver a saborear el triunfo en un torneo en el que, entre la visita del Barça y el parón, no gana desde hace un mes

  • El equilibrio será la llave

Pudiera parecer un partido más, pero no lo es. El Sevilla visita en una sabatina mañana gallega al Deportivo de La Coruña cuando ya tiene sobre sus hombros una moderada urgencia por ganar. Los de Jorge Sampaoli vuelven de un parón en una competición en la que va a hacer un mes que no suma tres puntos. Se da la coyuntura de que el paso por el Sánchez-Pizjuán del Barcelona y todo lo que sucedió aquella noche en la que Messi perdió todo el tiempo del mundo con la bota en la mano para que su equipo se llevara el triunfo vino precedido de un empate en El Molinón en el que todo el sevillismo coincide en que los suyos debieron ganar.

Este Sevilla que tiene a la vuelta de la esquina el momento de pompa y glamour que es jugarse con la Juventus el pase y el primer puesto de su grupo de Champions no puede permitirse el lujo de seguir dejándose puntos por ahí, en campos, por ejemplo, como el de Riazor, cuyo anfitrión anda renqueando en la tabla y con la intención de salir a cara de perro para distanciarse de los puestos de descenso, que los tiene a un solo punto.

Se trata de una prueba de madurez, por tanto, para un grupo que ha encendido elogios como ha generado dudas, pero que, indudablemente, ha sufrido una transformación desde la idea inicial de un Sampaoli que va adaptándose al trajín de no poder preparar un partido más allá de tres o cuatro días cuando ya tiene el siguiente. Sirven los parones causados por los partidos internacionales para detenerse a pensar, para reestructurar ciertas cuestiones y reforzar conceptos tácticos con la ventaja de no tener que definir una estrategia inmediata, pero también con el inconveniente de no poder contar con los jugadores convocados por sus selecciones. En el caso del Sevilla, el amistoso ante Boca Juniors cumplió la función de matar el gusanillo de una afición a la que le han contado que se puede aspirar a más y que, por resultados, va viendo que no es ninguna tontería, si bien habría que hacer algunos ajustes en la plantilla y contar con una pizca de suerte.

Ha comentado estos días el pequeñito entrenador nacido en Casilda que tiene "muy buenas expectativas" en las tres competiciones, pero será esta semana cuando deba argumentar esta afirmación, con dos duelos claves en la Liga, frente al Deportivo en el día de hoy y ante el Valencia el sábado que viene en Nervión, donde el mismísimo martes asoma el autobús de un grande de Europa, la Juventus.

Sampaoli deberá, por tanto, hilar fino en la elección de las piezas, si bien ha dado señales suficientes como para hacerse entender en lo que respecta a su idea de bloque y de confianza hacia determinados jugadores que son inamovibles tanto en su esquema como en su modelo de juego. Más allá de hombres en un estado de forma dulce, como N'Zonzi, Vitolo o el propio Escudero, el argentino no parte tampoco peras con futbolistas como Franco Vázquez, si bien la próxima acumulación de los esfuerzos podría dar alguna opción a otros como Ganso, Sarabia, Iborra… Ésa es otra cuestión. Salvo contadas excepciones (en el estadio de la Juventus, en el derbi con el Betis y ante el Dinamo de Zagreb), el cuerpo técnico ha huido pese a las críticas y a las evidencias de la idea de cerrar la franja de terreno que se abre entre N'Zonzi y los centrales, cuyo número -de dos a tres y de tres a dos- sigue fluctuando en el plan inicial de los partidos.

La vuelta de Mercado tras cumplir sanción puede motivar que se recupere el trío defensivo por detrás del francés, además en un partido en el que se presume que el Deportivo va a apretar, pero la concepción de defender con el balón más que con hombres le puede a un entrenador que, premiado en octubre como mejor técnico de la Liga, todavía no ha ganado en noviembre.

El rival, con un hombre en sus filas que se ha permitido el lujo de levantar un título, Fernando Navarro, tratará de que los porcentajes de posesión del Sevilla sean baldíos y más altos cerca de Sergio Rico que en las inmediaciones del área que defenderá la zaga blanquiazul, la que defenderá una plaza clave para recuperar las buenas sensaciones.

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