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"Yo no espero a que me la echen"

  • José Carlos hace de su descaro su mejor arma · "Es lo que me ha traído aquí", dice

Una de las sensaciones de la pretemporada no tendrá ficha del primer equipo, pero ojo con él. José Carlos Fernández ya debutó en Primera la temporada pasada, pero ahora es ya más presente que futuro. Pocos futbolistas pueden decir que han firmado dos contratos en tres meses, pero la renovación que acaba de protagonizar es una muestra de que en el Sevilla saben que es un cañón que puede explotar en cualquier momento.

Frescura y descaro, unidos a un golpeo a balón parado que en los amistosos ha puesto a pensar a los técnicos, convierten a este joven onubense en un diamante en bruto que cuando se trata de jugarse los cuartos con los profesionales del primer equipo no se arruga ni un ápice. En la pretemporada lo ha demostrado haciéndolo por igual en entrenamientos y en partidos. En el último, en Chiclana, hasta parecía decirle a Romaric "échate para allá que el balón es para mí". José Carlos tiene bien metido en su testa que ésa es la única forma de meter cabeza en este mundo, echándole cara... "No, es que está claro. Yo en el campo soy uno más y no espero a que me la echen. Soy consciente de que hay buenos futbolistas, pero yo salgo a pedirla y a que sepan que estoy ahí". No hace falta que dé más explicaciones.

Enclenque pero con planta de futbolista, el de Río Tinto es el primero que levanta el dedo para perdirla. Comienza en una de las bandas, pero acaba por el centro, pisando el área y comiéndole incluso el terreno a internacionales con los que no se corta ni cambiándose en el vestuario ni con el balón en juego.

"Si algo me ha traído hasta aquí es mi descaro, mi atrevimiento... y así lo pienso. Si no, no estaría en el primer equipo. Es lo que más exploto y tengo muy claro que tengo que seguir así". José Carlos cree, además, que la personalidad de un futbolista se proyecta a la hora de entrar en contacto con el balón y la suya se caracteriza por una frescura que raya la desvergüenza, siempre de forma bien entendida. Hay excepciones, pero pocas, gente tímida que en el campo se transforma. Es citar, por ejemplo, a Jesús Navas... "Iniesta también -matiza-. Soy una persona muy abierta, muy extrovertida, hablo con todo el mundo y creo que eso en el campo se nota", confiesa.

Lo que más contento le tiene ahora mismo es la reciente firma de un nuevo contrato, que amplía el anterior en una temporada más, hasta 2012. Su cláusula de rescisión llega ya a los diez millones de euros, pero pasará a ser de quince en cuanto juegue un número determinado de partidos oficiales. "Pan comido", pensará, conociéndolo, en su fuero interno. Eso sí, José Carlos es respetuoso y agradecido. Está aterrizando en un mundo de profesionales y valora gestos como los que ha tenido con él el Sevilla, que lo hizo debutar el año pasado ante el Espanyol sin tenerlo atado y con un contrato amateur que expiraba en junio: "El club con estos detalles demuestra que tiene confianza en mí. El año pasado debuté sin tener firmado el contrato y ahora esto... Estoy muy contento y espero devolver esa confianza".

El mediapunta, pescado por Pablo Blanco del Recreativo juvenil, tuvo todas las novias posibles este verano, pero el club prefirió pensar en él más como un nuevo Perotti que como un nuevo Alfaro. "Más o menos (sonríe) y a mí me viene perfecto. Alejandro tuvo un año magnífico en el Tenerife y Diego lo mismo aquí en la segunda vuelta. Me alegra que el Sevilla haya decidido que me quede aquí. Yo de verdad que por cualquiera de ellos me cambiaba por lo que han conseguido", subraya.

Otra de las cuestiones por las que ha destacado es por su maestría en el lanzamiento de jugadas a balón parado. Ante la Juve lanzó un córner que acabó en gol de Squillaci, en Chiclana una falta que culminó Romaric, en Coria le creó mucho peligro al Lyon... "El míster me ha dado esos pequeños galones, me ha dicho que quería que yo lanzara las faltas y los córners y he intentado hacerlo lo mejor que sé y que el equipo pueda conseguir goles. Me halaga que en eso el míster me equipare a futbolistas como Renato o Adriano", afirma. Seguidamente, no esconde que fue una virtud despuntada en edad temprana, "Hombre, siempre me he defendido. La verdad es que no soy Duda, pero siempre me ha gustado pegarle". Pues eso, frescura...

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