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El triunfo con la duda pegada al cuello

  • Sergio Rico se carga de razones y convierte en sideral la distancia con Sirigu y Soria, que puede ir al Leganés

No es extraño que celebre sus paradas con la rabia con la que se mostró al final del encuentro del sábado ante el Valencia. Una imagen -grito desgarrado al aire, puños cerrados, cuerpo arqueado hacia atrás- que siempre ha repetido en sus actuaciones más decisivas: la temporada pasada cuando fue protagonista en la victoria liguera frente al Barcelona, la noche ante la Juventus cuando tuvo el reconocimiento del mejor del mundo, Gianluigi Buffon, escenificado en un abrazo al final del partido, una noche ante el Borussia Mönchengladbach en la que estuvo colosal... Sergio Rico tiene ya un recorrido que no es fácil alcanzar en Primera División. Menos en un club con las aspiraciones que tiene el Sevilla y mucho menos aún con sólo 23 años de edad.

Sergio Rico,. en un entrenamiento. Sergio Rico,. en un entrenamiento.

Sergio Rico,. en un entrenamiento. / A. Pizarro

Y esas reacciones cuando gana la pequeña batalla que para un portero es salvar un gol -como los gritos de la campeona olímpica Carolina Marín en cada punto ganado en los Juegos- tiene mucho que ver con la presión que el meta criado en la cantera debe soportar debido a las dudas que siempre hay alrededor de su rendimiento.

Y hoy, después de un verano en el que encontró pocos apoyos, Sergio Rico ve otra vez reconocido su trabajo. Su intervención ante Gayà con el tiempo cumplido el pasado sábado valen mucho más que los dos puntos que salvó para el equipo de Sampaoli, un técnico que lo pone en no pocos compromisos desde el momento en el que casi prohíbe al equipo salir desde atrás con un balón largo.

El caso es que Sergio Rico ha convertido en un problema lo que el club consideró una solución. El fichaje de Sirigu cuando David Soria se fracturó cuatro dedos de una mano no cumplía solamente la función de cubrir la baja del portero madrileño, puesto que desde el primer momento se supo que estaría si acaso tres meses fuera del terreno de juego y no toda una temporada. La llegada del italiano, para matar dos pájaros de un tiro, era en teoría competencia para un Sergio Rico que había dado muestras de no estar todo lo suelto con los pies que Sampaoli exigía. Se decía que el técnico argentino había pedido a Monchi un portero que pudiera ofrecer este perfil y el meta cedido por el PSG de Emery era la solución.

Eran días duros para un Sergio Rico que venía de disputar una Eurocopa como tercer portero de la selección absoluta, que se encontraba otra vez con las dudas en su propio club y que coincidía con una convocatoria del combinado nacional en el que no estaba (el ex bético Adrián ocupó su puesto).

Pero el grandullón de Montequinto ha vuelto otra vez la tortilla y vive una semana en la que las dudas y los recelos se han convertido en palmadas en la espalda por su sensacional y oportuna parada ante el Valencia.

Ahora, en el club se deben plantear otra serie de cuestiones que tienen que ver con los otros dos porteros. Para empezar, Sampaoli debe decidir hoy mismo (si no lo tiene claro ya) a quién de los otros dos da vida en la Copa ante el Formentera. La lógica diría que ha de ser David Soria, puesto que el madrileño no está inscrito en la Champions y Sirigu ha tenido su oportunidad también en la Liga, por cierto, desaprovechándola por completo sobre todo por aquella agresión a Aduriz en Bilbao.

No obstante, habrá que ver qué sucede, ya que David Soria se ha mostrado públicamente disconforme con su situación y casi ha pedido al club que le busque una salida en el mercado de invierno. En este sentido, ésta podría ser antes incluso de que se abra el plazo, ya que el Leganés está buscando con urgencia un portero ante la grave lesión sufrida el sábado por Serantes y está tratando de contar con la cesión de David Soria, que, con ello, cumpliría sus deseos: ir a un club en el que tener minutos y si es cerca de su casa, mucho mejor.

Será el Sevilla el que tenga que tomar una decisión vista la decepción que hasta el momento ha supuesto Sirigu (ante Boca tampoco aportó mucho) y la incómoda situación de David Soria. El que va con paso firme, pese a las dudas que siempre le acompañan, es Sergio Rico. Ya sea con los pies, ya sea con las manos, titular sin discusión y con galones. Para eso hace paradas que valen puntos.

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