Ahora que el triunfo en Villarreal ha aclarado algo las cosas en el aspecto deportivo, en el Sevilla, donde sigue su cauce la planificación de la próxima temporada, también se preparan aspectos que no podían pasarse por alto, como el merecido homenaje que debía recibir en el Ramón Sánchez-Pizjuán el hombre que levantó los cinco títulos de la era moderna.

Javi Navarro saltará al césped sobre el que se rehízo como futbolista durante siete temporadas en las que todo fue en ascenso, pero lo hará como él no hubiese querido, habiendo dejado las botas en el vestuario y sin poder volver a disputar sus últimos minutos como futbolista del Sevilla. La dolencia, un problema de desgaste de cartílagos similar al que tuvo en la otra rodilla y que le dejó sin jugar más de dos años cuando militaba en el Valencia, le obliga ahora a abandonar el fútbol por invalidez, a la espera de la consiguiente incapacidad laboral que habitualmente acompaña a estas cuestiones.

El club prepara desde hace varias semanas el que considera debe ser un homenaje merecido, y desea que el gran capitán reciba el calor de la afición. Será en el último partido en casa del equipo de Manolo Jiménez en la presente Liga, ante el Deportivo en la jornada 37 del campeonato y en principio sin confirmarse si se jugará el sábado 23 o el domingo 24 de mayo.

Javi Navarro, que lleva sin vestirse de corto desde la final de la Copa del Rey frente el Getafe en el Santiago Bernabéu (junio de 2007) a causa de esa grave lesión en su rodilla derecha, ha hecho un esfuerzo encomiable para tratar de ponerse a punto. Su obsesión fue en todo momento recuperarse para poder ayudar al equipo trabajando a diario casi ocho horas en el gimnasio y hasta desafiando la opinión de los médicos, que trataban de hacerle entender que la articulación no le podía llevar a otra situación que no fuese la retirada. Cuando fue asumiendo que la rodilla no respondía, Javi Navarro siguió trabajando para tratar de llegar a tiempo de poder jugar aunque fuera unos minutos antes de cumplir su contrato con el club de Nervión, que expira el próximo 30 de junio.

Esto no será así y el club ha puesto todo lo que está en su mano para brindar la oportunidad a su capitán de poder despedirse de la afición como merece. Es posible que antes del partido ante el Deportivo Javi Navarro ofrezca una rueda de prensa, pero no está confirmado ese detalle. De todas formas, es seguro que las emociones y los recuerdos se sucederán en los prolegómenos de ese 24 de mayo en que el capitán de las cinco copas sea anunciado como se merece por el speaker del Ramón Sánchez-Pizjuán.

Atrás quedan siete temporadas como referencia en el vestuario sevillista desde que llegó en la temporada 2001-02, ya en Primera División, para formar una pareja de centrales que marcó una época junto a Pablo Alfaro. También recibió los sinsabores de campañas mediáticas en su contra en la que cayeron los comités, aunque pesan mucho más las alegrías. De esas siete campañas, las dos últimas fueron un verdadero calvario para el valenciano en una lucha sin cuartel contra su rodilla, que le obligó a probar por consejo del doctor Cugat varios tratamientos e incluso a pasar por el quirófano como medida que tampoco acabó funcionando. Llega, por tanto, el momento de un adiós desde hace algún tiempo asumido. Un adiós sin botas.