Ni Álvaro González ni Coke se convirtieron en protagonistas del choque entre Racing y Sevilla, pero el primero abrió el tarro de sus carencias y el segundo demostró que se está adaptando a un nuevo rol necesario para un lateral derecho de la máxima categoría.

La capacidad ofensiva de un lateral derecho refleja en muchas ocasiones la valentía de un equipo a la hora de buscar nuevos espacios y arriesgar otros propios. Tener a Coke en el lateral derecho garantiza un acompañante para Jesús Navas cuando el ataque se convierte en una cuestión preferente. Y lo fue en la primera media hora del encuentro ante el Racing. El ex del Rayo Vallecano traspasó la línea del centro del campo en más ocasiones de lo que prácticamente lo hacían los medios del Racing en el arranque del choque, aunque sus interferencias con Jesús Navas no siempre llegan a buen puerto. Su primera pérdida de balón en el primer minuto deja claro que prefiere mirar adelante y no a su espalda. Pero esa circunstancia depende del equipo y de un rival que, en esta ocasión, sí servía para arriesgar una espalda que nunca era aprovechada por Adrián González.

Mientras, Álvaro, en las miras del Sevilla durante la primera vuelta, trató de mermar riesgos en su lateral derecho. Con Perotti repitiendo amagos y cruces diagonales, ni tiró de contundencia ni impuso rasgos de velocidad que parecen inexistentes. Poca sangre cuando la misión de un defensor debe ser la de frenar a un extremo o a los delanteros que se volcaban con peligro por su flanco. Álvaro sufrió en demasía cuando Manu asomó por la izquierda e incluso cuando Negredo decidió imponer su fortaleza por ese flanco.

El gol del Sevilla cambió algunos argumentos. Coke tomó más porcentaje de control en su juego y Álvaro asumió obligaciones imprevistas. No fue la mejor noticia para el sevillista, que prefiere alejarse de su área y acercarse a Navas. Sus llegadas al área rival ya no fueron tan regulares.

El segundo tiempo resaltó las carencias de ambos laterales. Álvaro no supo a quién vigilar con la movilidad de Reyes y Manu del Moral aprovechó para poner el segundo del Sevilla. El racinguista rozó la expulsión y nunca tuvo una profundidad efectiva en ataque, lejos de las necesidades de un equipo que pedía a gritos atrevimiento.

Coke se limitó a adaptarse a la dinámica del partido. Dejó más metros a Navas y vigiló de cerca a todos los medios que buscaban su flanco con intenciones. Sólo alguna acción aislada de Babacar en el tramo final levantó dudas en el madrileño, tan correcto en sus movimientos como incorrecto se mostraba Álvaro en cada intento de frenar a su par. Demasiadas obligaciones para el racinguista, que se vio desbordado siempre por las llegadas de los extremos sevillistas. Los tantos de Manu del Moral reflejaron su ausencia del choque, la misma que Coke decidió tomar cuando las circunstancias podrían permitirlo.