Semana Santa

El reciclado cofrade del requemo

No se entendería la Semana Santa sin cera. La presencia de este antiguo, simbólico y siempre intrigante elemento está profundamente arraigado en la manera de ser y hacer cofrades. Para entenderlo solo hay que recordar la polémica que se levantó ante el anuncio del Ayuntamiento de que las cofradías deberían pagar las manchas que dejaran los cirios en el pavimento. Aunque esto se matizó posteriormente, han quedado grabadas las imágenes de cortejos de penitentes o cofrades procesionando con los cirios apagados, lo que dejaba la estética del evento muy deteriorada.

El mundo cofrade ha sido pionero en una práctica que afortunadamente se va extendiendo en nuestra sociedad;: el reciclado. Desde bastante tiempo atrás, las hermandades realizan un proceso por el que no se tira la cera que ha sobrado de los desfiles procesionales sino que se destina a un proceso de reciclado y reutilización que es conocido como el requemo.

Por requemo se entiende por lo tanto, el aprovechamiento del material que no se ha consumido al completo durante el desfile procesional y resto de cultos de una hermandad y que se reenvía a la cerería con la que ésta trabaja habitualmente. El proceso tiene desde luego, un valor ecológico y supone un pequeño alivio económico para el amplio volumen de gastos a los que ha de afrontar una cofradía desde el momento en que decide salir a la calle.

Lo habitual es que una semana o dos después de la conclusión de la Semana Santa, una furgoneta de la cerería recoja los sobrantes en las hermandades con las que trabaja. La cera se reutilizará y la hermandad recuperará parte de lo gastado. El material que la cerería se lleva, la compra por kilos y dependiendo de cada empresa, el reciclado se hará teniendo en cuenta si se trata de cirios, hachones o cera de candelería, de modo que los procesos de reciclado pueden variar.

Todas las hermandades consultadas coincidieron en que la cera que se destina al requemo no está bien pagada. La proporción entre el precio de la cera al que la hermandad compra de cara a su uso en una Semana Santa y el que recibe después de la procesión es de 6 a 1. En otras palabras, la cerería suele pagar seis veces menos por la cera que recibe a través del requemo que lo que la hermandad tiene que desembolsar de manera previa a sus cultos y salida procesional. Lo que se recupera del gasto a través del requemo oscila entre el 10% y el 20% del presupuesto que la hermandad ha destinado a este capítulo de la cera.

La cera más cara suele ser la de candelería que en algunas hermandades de Huelva, es de cera pura exclusivamente. Lo normal es que los distintos elementos estén compuestos por cera y parafina. Aparte, algunas cofradías quieren que se les añada aromas. Aparte los colores, que dependen de la naturaleza de cada hermandad: azul, morado, rojo...

La pregunta surge con facilidad: ¿Qué pasa si un año una cofradía no puede salir por culpa de la lluvia? ¿Tiene cera para el año que viene?

La respuesta no es tan sencilla. La cera es un producto frágil. Algunas de las hermandades consultadas comentan que "si no se guarda bien, no se podrá utilizar ya que el calor dobla la cera", comenta el hermano mayor de la Redención, Agustín Cruzado. Desde la Fe, su teniente hermano mayor, Lorenzo González indica que "los años que no hemos podido salir, las velas y los cirios los hemos colgado de los pabilos y no se han deformado". En esta hermandad no se devuelve nada de la candelería del palio ya que "sobra muy poco al tener un recorrido muy largo y aparte tenemos una costumbre y es que hay hermanos que se 'quedan' con lo que no se consumió de la vela a través de un donativo. En cualquier caso, el mantenimiento de la cera de un año para otro es un tema delicado.

Lo habitual es que los nazarenos devuelvan los cirios una vez que ha concluido la procesión. Muy pocos se los llevan a sus casas aunque si eso sucede, la hermandad no objeta nada. Así lo afirma el hermano mayor de la Victoria, Isidoro Oliveros. En hermandades de otras ciudades, sí hay una obligación del penitente de devolverlo.

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