Semana Santa

Un pregón ante los titulares del Calvario

  • La capilla acoge por primera vez el acto, que se adelanta al tercer domingo de Cuaresma

  • El pregonero Antonio Fernández Jurado impregna de vivencias y anécdotas su alocución

Un recorrido por la historia de la Hermandad del Calvario a través de la mirada de Antonio Fernández Jurado, que ayer pronunció el cuadragésimo tercer pregón de su cofradía, un acto que se adelantó al tercer domingo de Cuaresma y que por primera vez tuvo como escenario la capilla de Nuestro Padre Jesús del Calvario. El apartado musical corrió a cargo de la Capilla Musical Virgen de Consolación.

"Convertirme en pregonero, que se celebre el pregón por primera vez en la capilla y presidido por los titulares es un motivo de orgullo, una responsabilidad y una gran satisfacción personal", indicó Fernández Jurado minutos antes de su intervención. Apuntó que "son tantas las vivencias, cargos diferentes en la hermandad, momentos y anécdotas que he tenido que realizar un ejercicio de equilibrio para que el pregón no se alargara", un pregón que dedicó a su mujer, María del Carmen; a sus hijas, Macarena y Carmen; a los hermanos que hicieron posible que fuera pregonero, a la junta de gobierno que le designó y a los fundadores de la cofradía.

El apartado musical corre a cargo de la Capilla Musical Virgen de Consolación

Al pregonero lo presentó el hermano mayor, Estéfano Molín, que destacó de Fernández Jurado que "es un cofrade con criterio propio, que dice lo que piensa". Señaló que fue pregonero oficial de la Semana Santa de Huelva, pero "el de hoy -por ayer- puede ser el más especial, el más ansiado y el más esperado" y aparte se celebra "en este marco inmejorable e incomparable", en el que tiene "de testigo al Señor del Calvario".

Ante un templo lleno de gente, el pregonero comenzó su intervención manteniendo una conversación con Nuestro Padre Jesús del Calvario, a quien confesó que se esforzó lo máximo "para ser fiel a mis principios", sólo con el objetivo de rendirle culto a Jesús del Calvario y a la Virgen del Rocío y Esperanza "y estar siempre al servicio de la Hermandad del Calvario". Manifestó su agradecimiento a los titulares de la cofradía "porque da la impresión de que ellos me llamaban, pudo ser mucho tiempo antes, pero han querido que sea hoy -por ayer- y en este lugar, donde supe abrazar la cruz por el calvario que es a veces nuestra vida y encontré refugio en el manto de la Virgen". Aseguró que "este día, esta fecha y este lugar quedará grabado en lo más profundo de mi corazón"

No faltó en este pregón, lleno de emotividad, la exaltación y piropo a Huelva, "que siempre sorprende y enamora". Fernández Jurado subrayó que el del Calvario "es el pregón por excelencia". Comentó que "vine al Calvario por amistad y continué porque el Calvario atrae, "el conocimiento, el compromiso y la vivencia del Calvario produce apasionamiento".

Recordó cuando los fundadores buscaron cobijo y lo encontraron en la parroquia de los Dolores, "fue decisivo el reverendo Manuel López", y "desde aquel barrio se comenzó la aventura de la revolución cofrade de Huelva, se inició, quizás, la edad de oro de nuestra Semana Santa", a lo que añadió que "desde los años 70 cuando se dice Calvario, se dice Semana Santa de Huelva".

Tuvo el pregonero palabras para los hermanos "que ya no están con nosotros, porque todos con su trabajo, sacrificio y amor colaboraron a hacer cada día más grande la realidad que es hoy el Calvario".

Quiso Fernández Jurado con su pregón ayudar "a los más antiguos a recordar momentos ya oscurecidos en la memoria por el paso del tiempo y a los más jóvenes, hacerles ver el reto que supone ser del Calvario".

Otro de los momentos de la hermandad que destacó fue el traslado a la capilla, "verdadero punto de inflexión en nuestra historia", así como el papel de los costaleros, "que en Huelva fueron los primeros, más de cuarenta años ya". Resaltó que "ser costalero del Calvario es una forma singular de ser cofrade y sentirlo".

En la salida procesional del Lunes Santo hay "sensaciones repetidas pero diferentes" y "el ansia por salir a las calles de Huelva nos supera". Explicó que "salir en el Calvario es como una inmersión en un profundo momento de autocrítica, de reflexión, de reconciliación con uno mismo, con nuestras creencias religiosas, con la sensibilidad personal".

Terminó su intervención el pregonero reconociendo que en la Hermandad del Calvario "tenemos dos amores que nos llenan de pasión, uno se llama Huelva y el otro se llama Calvario".

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