Semana Santa

El cortejo que suspira sobriedad

  • La Hermandad de la Misericordia realiza su estación de penitencia de una forma solemne

El Cristo de la Misericordia pasa por delante de la iglesia de la Milagrosa en su salida.

El Cristo de la Misericordia pasa por delante de la iglesia de la Milagrosa en su salida. / reportaje gráfico: Alberto domínguez

La campana de la iglesia del Cristo de la Misericordia sonaba. Marcaba el tiempo de la pasión un Jueves Santo más. Alrededor del templo, el recogimiento era absoluto. Una seña de identidad que marca el camino de la cofradía durante su estación de penitencia.

La sobriedad y el buen gusto en la organización del cortejo comenzó y terminó del mismo modo. El marco era único y la estampa preciosa. El silencio y el ruán protagonizaron los momentos que se agotaban de forma lenta y suave. Con las levantás del Cristo. A pulso.

Las puertas de la iglesia de la Milagrosa permanecieron abiertas en la salida de la Hermandad de la Misericordia, así como un reguero de onubenses que permanecieron en la solemnidad que el momento requería. El caminar de la cofradía, con los toques de campana fúnebres, comenzó a tomar dirección a la Carrera Oficial mientras que pasaba por calles céntricas, estrechas y cargadas de esencia onubense.

Entre los momentos de interés, su paso por la calle Rábida y la visita al convento de las hermanitas de la Cruz en la Plaza Niña, marcaron el recorrido del cortejo.

El Santo Cristo de la Misericordia paseó con el racheo de siempre. En silencio. Sin música. Con el único sonido del muñidor que anunciaba la llegada de la cofradía durante el recorrido. A las órdenes de José Manuel González, la cuadrilla de costaleros puso la suavidad que la talla merece y que entona el camino por los bellos rincones que pertenecen al recorrido de la hermandad.

Y Huelva vibró con el Santo Cristo de la Misericordia. Y así lo hace desde 1984, cuando tuvo lugar la primera salida procesional, dos años después de que surgiera su origen en la tertulia cofrade El cirio apagao.

Mucha historia y páginas escritas por la Hermandad de la Misericordia hasta ayer, que firmó una más.

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