Huelva se llenó de Esperanza. Y la Esperanza se llenó de Huelva. Y de Esperanza lloraron los onubenses con la mecía del palio al compás de las bambalinas que rozaron cada trocito de su corazón. Lo último que se pierde en esta vida es la esperanza, y ayer se hizo una demostración de la auténtica fe que rebosa Huelva por su virgen marinera.

Cientos de personas se agolpaban a las puertas de la iglesia Santa María de la Esperanza para ver un año más recorrer el color verde por las calles de la ciudad. Los balcones engalanados para la ocasión y las medallas de la hermandad en el cuello de devotos que suspiraban los segundos del tiempo que restaba para que se abrieran las puertas del templo.

Dentro, los pasos estaban dispuestos para la salida procesional. Candelería encendida, tramos de nazarenos colocados y todo un nerviosismo que no se vació hasta la misma recogida. El 40 aniversario de la cuadrilla de hermanos costaleros de la Esperanza marcó el protagonismo de las primeras levantás de los pasos para que a las 19:27 asomara la Cruz de Guía por el dintel de la puerta.

Segundos antes de que el paso de misterio buscara los primeros adoquines de la calle, el desvanecimiento de un joven que esperaba la salida provocó que una ambulancia entrara en el cortejo para que minutos después se lo llevaran en camilla para atenderle.

Hasta las 19:58 no salió el Cristo de la Expiración a los sones de su banda que interpretó A tus pies Señor. Y durante la salida del cortejo de la Virgen, Jeromo Segura cantó una saeta a los pies de la Esperanza para el deleite devocional de los allí presentes. Momentos únicos que fueron el prólogo de una salida con Esperanza por Huelva Coronada y que continuó con el mejor repertorio medido para un recorrido lleno de momentos para el recuerdo, como su visita a las hermanitas de la Cruz.