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La Subida de la Virgen de los Dolores abre la actividad de Semana Santa

  • El momento más emotivo fue la parada ante el Convento de las Hermanas de la Cruz

El palio de la Virgen en la Subida.

El palio de la Virgen en la Subida. / h. información

El Cerro de Andévalo ha comenzado su Semana Santa con la tradicional Subida de la Virgen, el traslado oficial de Nuestra Señora de los Dolores desde su ermita situada en el Prado de San Sebastián hasta la Parroquia de Santa María de Gracia.

Esta procesión, que se realiza siempre dos viernes antes del Domingo de Ramos, consiste en un recorrido siempre ascendente y de ahí su nombre. Además, entre sus particularidades se encuentra el hecho de ser una de las procesiones más madrugadoras de la Semana Santa onubense.

Es una noche de silencios, de promesas y de susurros de ave marías, que vive su momento más emotivo en la parada que hace en el Convento de las Hermanas de la Cruz.

Cientos de cerreños acompañaron en la Subida a su Virgen, una imagen que fue tallada por el famoso escultor Castillo Lastrucci en el año 1938 para sustituir a la anterior imagen desaparecida durante la Guerra Civil. Imagen titular de la Hermandad de Nuestra Señora del Mayor Dolor que data del siglo XVIII, y a la que el pueblo profesa profunda devoción. A partir de ese día comenzaron los cultos en la parroquia con el septenario en honor a la Virgen de los Dolores.

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