LA Agrupación Musical Cristo de la Buena Muerte de Ayamonte precedió la rápida salida del numeroso cortejo de nazarenos de la Hermandad de Pasión desde la mayor de San Pedro, que fue un hervidero de gente. "Gracias por estos ocho años que me habéis dado", indicó el hermano mayor, Manuel Palacios, en una levantá que dedicó a su suegro, Manuel Escalera, "en el lecho de muerte".

A las 19:54 salió a la calle Nuestro Padre Jesús de la Pasión, bajo el manto de claveles rojo sangre dispuesto por Manuel Abelardo Daza (Floristería Nuestra Señora de la Cinta). "Disfrutad viendo la caras de la gente, que lleva dos años sin ver a su Cristo en la calle", apuntó aún en el templo Antonio Martín Contreras, el capataz del paso de misterio, después de que se retiraran los cuatro zancos metálicos.

El Señor del barrio alto bajó las rampas de la dificultosa salida con el costero derecho al suelo para salir al corazón de Huelva al son de una saeta. Con su túnica morada, Jesús de la Pasión protagonizó una estación de penitencia muy esperada por los onubenses.

Mientras, las altas temperaturas en el interior del templo provocaron que algunos costaleros salieran de las parihuelas del palio a la espera de recibir las indicaciones de Francisco Javier Fernández 'Panchi' y Federico Pérez Gómez, los capataces.

Justo cuando el Señor, que en hace cinco años recibió la Medalla de la Ciudad de Huelva, llegó a Santa Fe, María Santísima del Refugio echó a andar con su frontal de rosas blancas y el exorno de buqués de claveles blancos. Lo hizo con el acompañamiento de la banda Nuestra Señora del Rosario de Sanlúcar la Mayor, de Sevilla.

A su paso por el Paseo de Santa Fe, en su entrada en carrera oficial o en su recogida por la calle La Fuente y Madre Ana, esta hermandad ofreció algunos de los momentos más vibrantes de la noche, dando testimonio de la entrega de Jesús con la cruz por todos los hombres. Los titulares hicieron brillar un Martes Santo muy esperado en la capital.