Semana Santa

Preparadas y a la espera de la anhelada cita del Miércoles Santo

  • Las imágenes de la Victoria y la Esperanza ya pueden ser contempladas por sus devotos

Las reinas del Miércoles Santo ya esperan con impaciencia la llegada del día 28, que es la próxima cita que tienen con sus fieles y el pueblo onubense en general. Se trata de la cita mariana por excelencia de la Semana Mayor de la capital y una vez más, la ciudad se llenará de gente que no querrá perderse el transcurrir de estos palios. Para quienes las quieran ya ver preparadas porque el Miércoles no estén aquí o no tengan la oportunidad de contemplarlas de cerca, las dos imágenes ya se encuentran en sus pasos, preparadas para una ocasión que siempre es especial.

Desde este fin de semana pueden contemplarse en sus respectivos templos. Sus vestidores han hecho ya su meritorio trabajo. En el Polvorín, Nicasio Durán preparó a la Victoria el pasado sábado, cuano fue trasladada a su paso esa misma noche. Con la ayuda de las dos camaristas, Nicasio procedió un año más a llevar a cabo ese minucioso y querido trabajo que repite desde hace ya unos años siendo consciente de su privilegio. La Victoria estrenará este año un tocado de encaje de Bruselas. Comenta que son momentos de enorme emoción en los que se entrecruzan distintos sentimientos y la enorme "sensación que se siente cuando el trabajo ya está concluido". Cuando todo ha terminado, "me da la impresión de que es algo que lo hubiera hecho otra persona diferente a mí". Comenta que el momento más complicado de todos es cuando hay que subir a la Virgen al paso y que quede bien afianzados tanto el manto como la corona que lucirá.

Casi al mismo tiempo pero más en el centro, José Fernández volcaba todo su cariño hacia la Virgen de la Esperanza. Vistió a la Virgen el pasado viernes por la tarde y fue subida a su paso ese mismo día pero por la noche, con la ayuda de los priostes. Las Hermanas de la Cruz realizaron su cometido el jueves antes. La Virgen de la Esperanza estrenará un corazón de plata sobredorado en el pecho. En el centro llevará una malaquita, fruto todo ello de la donación de una persona muy devota. Asimismo mostrará un pañuelo de tul bordado en oro por Rafael Infante. Fernández quiso destacar la labor de las damas del ropero, que mantienen en perfecto estado todos los enseres y ropas de la Virgen. Añade, por otro lado, que "cuando voy a vestirla ya llevo en la cabeza qué es lo que voy a hacer". Y lo que hace José Fernández es mostrar todo su buen arte en el estilo que él marca dentro de "la línea que siguieron los antiguos vestidores". No es, desde luego, un trabajo mecánico, pues no deja de sentir el "pellizco" cuando la miras de tú a tú y puedes ver tan de cerca sus ojos "que te hablan". Una de las cosas en las que hay que poner mayor atención es que todo vaya seguro una vez que la Virgen queda situada en el paso, ya que todos los enseres han de soportar bien el desarrollo de la procesión con todo el movimiento que eso conlleva.

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