La Semana Santa de Aracena 2018 comenzó ayer tras el pregón cristiano, sencillo y lleno de fe de la cebollera Manoli Moreno. Cada persona tiene su pregón y cada pregón es diferente, pero todos se encasillan según la trayectoria cofrade, religiosa y personal de su protagonista. El pregón de ayer no es muy habitual en Aracena, pero sí muy necesario con frecuencia. Un estilo que podíamos denominar más religioso y de fe que cofrade. Un pregón que nos recuerda al de Carmeli Romero de la Osa de hace unos años (presente ayer, muy amiga de la pregonera y mencionada por ésta en su texto al principio). En Aracena ha habido pregones muy ceñidos a las hermandades, a los costaleros y capataces, a la fe mariana, y pocos más centrados en lo religioso y cristiano.
Aún así el pregón de Manoli Moreno tuvo una estructura habitual en los pregones; la presentación realizada por su hija Sara Iglesias que estuvo cercana y emotiva, sencilla y dio pinceladas de la vida cristiana de su madre; una introducción donde mencionó a cada una de las hermandades de penitencia, y de gloria de Aracena, donde a veces usó pasajes bíblicos y hasta frases de grandes personajes de la historia; un recuerdo a la Cuaresma previa a la Semana Mayor donde recordó el Viernes de Dolores, tan devoto en Aracena y su fe al Cristo de la Sangre que este año cumple su 75 aniversario de vida y a la Virgen del Mayor Dolor como Patrona Coronada; y el comentario fervoroso a cada una de las seis hermandades de penitencia de la localidad según el orden cronológico de salida, donde de cada imagen titular dedicó casi el mismo espacio y un poema, y finalmente el Domingo de Resurrección. Diferentes momentos de un pregón aplaudido por el público aracenense y cofrade.
Reseñable y bonita la presencia musical de dos jóvenes integrantes de la Banda Municipal de Música de Aracena, Beatriz Parrilla con el clarinete y Dolores Prieto con la flauta travesera, que interpretaron varias marchas procesionales muy reconocidas en la localidad en distintos momentos del pregón.
La pregonera Manoli Moreno demostró ayer, en una llena parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, presidida por Nuestro Padre Jesús Nazareno en su altar mayor, una serenidad y tranquilidad increíble. hecho que no se recuerda recientemente en el pregón cebollero. Un tono que mantuvo sin altibajos todo el pregón. Una seguridad y humildad a copiar e imitar eternamente.
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