Semana Santa

Intenso vía crucis en el Polvorín

  • Las tres cofradías del Sagrado Corazón de Jesús arroparon al Señor de la Humildad

Isla Chica volvió a sentir ayer el pálpito cofrade, con la celebración del vía crucis parroquial, que recorrió diversas calles de la barriada, arropado por un abundante número de fieles y asistentes en general, que siguieron al Señor de la Humildad, llevado en andas.

El acto comenzó pasadas las 20 horas, tras la celebración de una misa de difuntos, que pospuso la hora fijada en un principio. De este modo, los accesos al Sagrado Corazón se encontraban llenos de personas que querían presenciar y seguir las diferentes estaciones que se desarrollarían por un itinerario que cubría Puebla de Guzmán, Arroyomolinos de León, Cortelazor, Alájar, Puebla de Guzmán y regreso al templo. Se trataba del cuarto vía crucis parroquial que en esta ocasión, le correspondía en su organización a la Victoria y que desde la primera edición, ha conseguido aunar el interés tanto de los numerosos cofrades de esta zona de la capital, como de los vecinos de la Isla Chica.

El Santísimo Cristo de la Humildad iba en andas, sobre un monte de claveles rojos. El exorno lo completaban lirios morados. La túnica del Señor también era morada. Las andas, portaban los faroles y elementos de crestería del propio paso del titular de la cofradía de Miércoles Santo. La primera estación fue rezada en el interior del templo, cuando todas las luces habían sido apagadas, a excepción de las de las capillas de las diferentes hermandades y de los propios faroles de las andas y los cirios, llenando el momento de un gran recogimiento. El Cristo se encontraba justo delante de su correspondiente capilla, antes de que fuera tomado para comenzar su itinerario.

En el protocolo, que empezaba con la cruz de guía, quedaban incluidas representaciones de las hermandades de la filial de Montemayor, la Sagrada Cena, Tres Caídas y Victoria, es decir, las tres hermandades que tienen su sede canónica en el Polvorín. Tras ellas, la junta de gobierno de la Victoria, la presidencia de los tres hermanos mayores, clero, el Señor, grupos parroquiales y fieles.

El séquito iba acompañado por música de capilla y un cantor que interpretaba motetes, salmos e himnos.

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